Los cementerios están tan saturados en París, una ciudad con una gran densidad poblacional, que resulta complicado enterrar a los familiares. El espacio está tan limitado en los cementerios parisinos que resulta imposible para los habitantes de la capital francesa hacerse enterrar en la ciudad, y por ello se han visto obligados a optar por la cremación.

La capital francesa cuenta con 14 cementerios, algunos de ellos se encuentran en lugares emblemáticos, como al lado de la basílica del Sagrado Corazón.  Otros también destacan por las personalidades que descansan en ellos, como el cementerio de Père Lachaise o el de Montparnasse, en el que se encuentran las tumbas de maestros de la literatura hispanoamericana, como Julio Cortázar, Carlos Fuentes o César Vallejo.

Como en otros países de tradición cristiana, los parisinos acuden el día de todos los Santos a los cementerios, dejan ramos de flores y recuerdan a sus familiares difuntos. No obstante, los cementerios parisinos también se convirtieron en un lugar singular de paseo, con sus árboles frondosos y la sucesión de tumbas de personalidades históricas.

Una etapa obligatoria para cualquier turista en París es el cementerio de Père Lachaise, con sus 70.000 sepulturas, entre las cuales hay las tumbas de Oscar Wilde, Jim Morrison, Frédéric Chopin, Molière o Edith Piaf.

El año pasado solo se concedieron 171 permisos de entierro entre las más de 5.000 peticiones de sepultura en París. Los precios son elevados: 16.000 euros por un espacio de dos metros cuadrados. Esta situación no es nueva, ya que la saturación de tumbas en el siglo XIX llevó a las autoridades francesas de la época a construir seis nuevos cementerios en París.

Las actuales autoridades parisinas apuestan ahora para priorizar las concesiones en los cementerios por un periodo limitado. Sin embargo, la incineración se ha convertido en una obligación para algunas familias, estas se han triplicado durante los últimos veinte años.