Al menos 10.503 personas han muerto en Siria por los bombardeos de la aviación de Rusia, aliada del Gobierno de Damasco, iniciados el 30 de septiembre de 2015, según los datos difundidos hoy por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

De esos fallecidos, al menos 4.484 eran civiles, entre los que hay 1.112 menores de edad y 646 mujeres, que perdieron la vida por los ataques aéreos rusos.

Los bombardeos también causaron 2.911 bajas en el grupo terrorista Estado Islámico (EI) y 3.108, en grupos rebeldes e islámicos, entre los que figura el Frente de la Conquista del Levante (exfilial siria de Al Qaeda) y el Ejército Islámico Túrquico.

Moscú ha afirmado que el objetivo de sus bombardeos son organizaciones terroristas como el EI y el Frente de la Conquista del Levante.

Sin embargo, el Observatorio y opositores sirios aseguran que la fuerza aérea de Rusia también tiene como blanco bases de facciones rebeldes y zonas civiles.

La aviación rusa participa actualmente en la ofensiva del ejército sirio en la ciudad de Alepo (norte), donde los efectivos gubernamentales tratan de expulsar a los opositores de la mitad oriental.