La Cámara de Diputados de Argentina debate esta semana un proyecto de ley para regular el etiquetado de los alimentos con exceso de azúcar, grasa y sal. Esta reforma es importante, pues el país encabeza el ranking de menores de cinco años con sobrepeso en América Latina, una condición que se da por el consumo de alimentos con baja calidad nutricional o comida chatarra.

¿Cuál es el panorama en la Argentina?

Según la Organización Panamericana de la Salud, la hipertensión, la hiperglucemia en ayunas y la obesidad -tres condiciones asociadas a la mala alimentación- provocan 140 mil muertes al año en el país.

“El incremento en los niveles de obesidad se debe fundamentalmente a cambios en el patrón alimentario de la población, que ha pasado de consumir alimentos naturales y comidas caseras a desplazarlos por productos procesados y ultra procesados, que son envasados listos para consumir, y bebidas azucaradas”, le dijo Fernando Zingman, especialista en salud de Unicef Argentina, al diario El País de España.

Ahora, en los menores de cinco años la situación es preocupante. Para 2007, un 10 % de esta población tenía un exceso de peso. Para 2019, la cifra aumentó al 30 %. Cada vez hay más menores que se enfrentan a enfermedades como la obesidad, diabetes y cáncer por el exceso de azúcar, sal o grasas.

¿En qué va el debate?

La iniciativa fue aprobada el pasado 29 de octubre por el Senado y ahora debe contar con la aprobación de la Cámara de Diputados. Según fuentes parlamentarias del bloque del partido Frente de Todos, se espera que el proyecto sea sancionado en esta cámara entre el jueves y la próxima semana.

Desde junio de este año, varias organizaciones, como la Fundación Interamericana del Corazón (FIC), la Federación Argentina de Graduados en Nutrición, Consumidores Argentinos y la Sociedad Argentina de Nutrición y Alimentos Reales, han realizado una campaña bajo la consigna “Que no te tapen los ojos”, en la que se promueve el #EtiquetadoClaroYa en redes sociales.

¿Qué dicen los diputados?

Desde distintos partidos se ha mostrado interés en aprobar la iniciativa.

“(El proyecto) tiene la voluntad de dictaminar sin modificaciones el proyecto que viene con la media sanción del Senado, ya que es el que mejor busca proteger la salud de las y los argentinos”, dijo la diputada Florencia Lampreabe, del Frente para Todos.

“La ley de etiquetado es una vieja deuda de la Argentina con el derecho de los consumidores a la información y el acceso a la salud. Saber qué comemos nunca puede ser una mala noticia. Por esto esta ley es una herramienta esencial para construir hábitos de vida más saludable”, dijo Brenda Austin, diputada de Juntos por el Cambio.

¿Cómo funcionaría el etiquetado?

Los alimentos y bebidas tendrán la obligación de llevar en la cara frontal del envase un sello negro, de forma octogonal, en el que se advierta el exceso de azúcar, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías, según corresponda.

Los valores máximos de los componentes críticos como el azúcar serán establecidos por el Perfil de Nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Así funciona el etiquetado frontal en otros países.

Así funciona el etiquetado frontal en otros países.

Pero no solo será el etiquetado: el proyecto apunta a regular la publicidad de estos productos con énfasis en niños, niñas y adolescentes y a la promoción de una alimentación saludable en las escuelas.

Se espera que el proyecto tenga un impacto en las decisiones de compra de los consumidores argentinos que ven con buenos ojos esta nueva información. Según la consultora Quiddity, 9 de cada 10 argentinos creen que es importante que la información nutricional esté a la vista.

En caso de incumplir con la ley de etiquetado, las industrias se enfrentan a sanciones de hasta US $4 millones.

¿Qué se está haciendo en otros lugares del mundo?

Chile, Uruguay, Perú y México son los otros países en la región que han adoptado esquemas de advertencia similares al que se propone en la Argentina. Según un estudio de la Unicef, el etiquetado hizo que por lo menos 18 % de los consumidores uruguayos cambiara sus hábitos de consumo y optara por productos sin exceso de azúcar, grasas saturadas o sodio.