Una nueva legislación impulsada por el gobierno del presidente francés, Emmanuel Macron, pretende frenar el acoso en las calles de Francia. Se trata de una ley que sancionará con multas de 90 a 750 euros a aquellos hombres que silben a mujeres en la calle. El proyecto, que ya fue aprobado en la Asamblea, deberá debatirse en el Senado para su implementación. Aunque algunos sectores aplauden la medida, otros se burlaron de ella.

Emmanuelle Menard, diputada del Frente Nacional, denunció que esta legislación es una “cacería de brujas en contra de los hombres” y añadió que “este comportamiento obsceno no puedo ser comparado con el acoso”. En defensa de la legislatura, la secretaria de Estado para la Igualdad, Marlene Schiappa, indicó que lo que se pretendía era establecer que el consentimiento era clave en las relaciones y de ninguna manera se quería “matar la cultura del amante francés”.

“Frenar a la persona que es violenta en el espacio público es una manera de luchar contra todo acto de violencia sexual”, puntualizó Schiappa. Por otro lado, Macron afirmó que el objetivo de la regla es evitar que “las mujeres no tengan miedo de salir a la calle”.

Hace dos meses, el presidente le encargó a un grupo interparlamentario propuestas para frenar el acoso en el país. Además de la controversial multa a los silbidos en la calle, el líder francés espera extender la prescripción de los casos de violación de 20 a 30 años. Por último, considera fijar en 15 años la edad mínima de consentimiento sexual luego de que en febrero de este año se generó un debate por la relación de un hombre de 28 con una niña de 11.

El paquete de medidas para detener el acoso busca, en palabras del presidente francés, garantizar que “las mujeres no tengan miedo de estar afuera”, pues según las cifras presentadas por la secretaria de Estado para la Igualdad ocho de cada diez mujeres tienen miedo de salir a las calles solas.