Más de un centenar de personas murieron o resultaron heridas en el ataque de un comando talibán contra una base militar en el norte de Afganistán durante la hora de la oración el viernes, según balances no definitivos, la mayoría de las víctimas son jóvenes reclutas.

En un comunicado este sábado por la mañana, el ministerio de Defensa habla de «al menos 100 soldados muertos», dando así el primer balance desde que finalizara el ataque cometido el viernes por la noche, durante cinco horas, por una decena de hombres armados.

Pero un oficial que se hallaba en el interior de la base atacada, la del 209º cuerpo del ejército, en las afueras de Mazar-e-Sharif, dijo a la AFP que «hubo 150 muertos y decenas de heridos».

Si este balance se confirmara, sería el ataque más mortífero en Afganistán contra civiles o militares.

«Hace tres meses mandé a mi hijo al servicio militar, no lo volví a ver desde entonces. Hoy me devuelven su cadáver», explicó un padre a la AFP.

Este sábado por la mañana, sobrervivientes interrogados por la AFP en el hospital de Mazar-e-Sharif se preguntaban cómo el comando pudo eludir los controles e ingresar en la base con sus armas, planteándose preguntas sobre eventuales complicidades internas.

«Hay una investigación en curso, y el balance podría cambiar. Cuando termine, compartiremos más detalles con el resto de la nación» anunció el ministerio de Defensa en un comunicado.

En los últimos atentados -entre ellos, contra el principal hospital militar del país, en Kabul- las autoridades han sido acusadas de falta de transparencia y de minimizar los balances.

Por su lado, un miembro del consejo provincial, Zabihulá Kakar, aseguró que hubo «54 muertos y 58 heridos» en este ataque.

«Estoy en el interior de la base y pienso que 150 soldados murieron y decenas están heridos. Se trataba de jóvenes reclutados para entrenarse, llegados de las provincias de Badajshán y de Tajar», en el noreste del país, dijo el oficial que se hallaba en el interior de la base, y que requirió el anonimato.

El viernes, un portavoz estadounidense anunció «más de 50 soldados» afganos muertos.

De los 10 atacantes, siete fueron abatidos, dos se hicieron estallar y uno fue detenido, indicó el ministerio afgano de Defensa que no dio detalles sobre el ataque.

El asalto comenzó por la tarde, a la hora de la oración del viernes.

«Eran 10», confirmó a la AFP el oficial contactado en la base. «Llegaron a bordo de Humvees y de camiones del ejército afgano y estaban vestidos con uniformes militares», agregó.

Para este oficial, «es evidente, (los atacantes) tenían infiltrados en la base. Si no ¿cómo habrían podido entrar?»

«Era la hora de la oración en la mezquita de la base», lo que implica que las víctimas estaban desarmadas, añadió.

«Hay siete retenes que hay que franquear a la entrada. A los guardias nos bloquean durante horas si no tenemos nuestros papeles en regla. Tenían armas, chalecos explosivos, alguien los ayudó, está claro», aseguró a la AFP uno de los supervivientes, Noorullah.

Los soldados fueron atacados en la mezquita durante la oración y en la cantina de la base, indicó el general estadounidense John Nicholson, al mando de la operación «Resolute Support» (Apoyo Decidido) de la OTAN en Afganistán.

La intervención de las fuerzas especiales afganas terminó con el ataque al anochecer, precisó Nicholson.

El presidente afgano, Ashraf Ghani, acudió a la base el sábado por la tarde.

Los talibanes, que reclaman la partida de todas las tropas extranjeras de Afganistán, reivindicaron rápidamente la operación en un comunicado difundido el viernes en el que anunciaban «decenas de muertos».

El 8 de marzo, un ataque al hospital militar de Kabul que duró más de seis horas, reivindicado por el grupo Estado islámico, dejó oficialmente 54 muertos, y más del doble según fuentes de seguridad.

Varios miembros del personal afirmaron entonces a la AFP que al menos dos médicos residentes estaban entre los atacantes, que dispusieron de armas escondidas en los locales.