La intensidad de los bombardeos de Israel contra presuntos objetivos iraníes en Siria, presentados como un acto de represalia por disparos de cohetes, suscita temores de una escalada de tensiones en la región.

«Nos acercamos al precipicio», dijo a la AFP Heiko Wimmen, del centro de reflexión International Crisis Group, que considera que «los israelíes envían mensajes sobre sus líneas rojas».

De hecho, el mismo primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, advirtió este jueves que Irán cruzó el límite al disparar misiles contra fuerzas israelíes desde Siria, lo que provocó la masiva represalia aérea.

«Irán cruzó una línea roja. Nuestra reacción fue la consecuencia de ello» explicó Netanyahu en un video en redes sociales.

Las tensiones entre ambas naciones se han incrementado debido al apoyo logístico que Teherán le brinda al régimen de Bashar al Asad en medio del conflicto interno en Siria, y que le ha permitido ubicar fuerzas iraníes muy cerca de la frontera con Israel.​

Las advertencias israelíes ya habían comenzado el mes pasado, recuerda Wimmen, en alusión a los anteriores ataques israelíes en Siria.

Pero esto es cada vez «más intenso», y «un día, con esas acciones, los iraníes dirán: ‘tenemos que responder con fuerza, tenemos que disuadir a los israelíes si queremos permanecer en Siria, debemos golpear'», añade Wimmen.

Las circunstancias de los acontecimientos de este jueves siguen siendo confusas. Israel dice haber realizado decenas de bombardeos contra objetivos iraníes en Siria, en represalia por el lanzamiento de unos 20 cohetes de la brigada Al Quds, la fuerza expedicionaria de los Guardianes de la Revolución, contra la parte de los Altos del Golán ocupada por tropas israelíes.

La escalada militar se presenta después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, decidiera retirar el martes a su país del acuerdo internacional nuclear con Irán, país que Israel ha considerado siempre como su «archienemigo».

El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) afirmó por su parte que el ataque contra las posiciones israelíes en el Golán –cuyos autores no había podido identificar– se llevó a cabo tras un «primer bombardeo israelí» en una localidad siria.

El ataque israelí provocó el fuerte rechazo del gobierno de Irán, que amenazó al gobierno de Netanyahu de destruir las ciudades de Tel Aviv y Haifa si le dan a Irán alguna excusa. » Israel debe tener cuidado con su comportamiento». «Si quiere existir más que unos días, debe evitar dar pasos estúpidos» porque «si ofrece a Irán una excusa, Tel Aviv y Haifa serán destruidas», aseguró el líder supremo de Irán en la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní, Alí Shirazi, advirtió a Tel Aviv de que

Las tensas relaciones entre Israel e Irán empeoraron después del ataque aéreo contra la base aérea de Tiyas (T-4) que la Fuerza Aérea Árabe Siria posee cerca de la ciudad de Homs, en el cual perdieron la vida 15 combatientes prorrégimen extranjeros, entre ellos ocho asesores iraníes el pasado 9 de abril. Irán, Siria y Rusia culparon a Israel de este suceso, aunque Tel Aviv no reconoció su autoría.

«Un duro golpe»

Para Nicolas Heras, analista del centro de reflexión estadounidense Center for a New American Security, «Israel está impaciente y quiere asestar un duro golpe a las fuerzas iraníes en Siria».

«Es evidente que [el primer ministro israelí] Benjamin Netanyahu cree tener el visto bueno para afrontar a Irán en Siria, sean cuales sean las consecuencias», dice a la AFP.

Según él, «los israelíes están convencidos de que están viviendo un escenario de pesadilla en el que Irán avanza en Siria con la intención de lanzar una guerra para aniquilar» su país.

Los bombardeos de este jueves son los mayores ataques israelíes en Siria desde hace décadas, asegura Eran Etzion, exdirector adjunto del Consejo Nacional de Seguridad Israelí.

«Estamos en un proceso de escalada, pero sólo estamos en el principio», avisa, aunque, según él, el silencio de Teherán «podría indicar que [Irán] no desea una escalada total».

Para Foad Izadi, profesor de la Facultad de Estudios Internacionales de la Universidad de Teherán, «Irán no busca la confrontación con Israel en Siria».

«Las fuerzas iraníes no fueron a Siria para combatir a Israel, sino para brindar ayuda al gobierno sirio», afirma. «La disuasión de Irán con respecto a Israel se hace en Líbano, con más de 100.000 misiles de Hezbolá», asegura Izadi.

Mohamad Marandi, analista político en la Universidad de Teherán, cree que «los israelíes fantasean» y que «ningún iraní murió ni resultó herido» en los bombardeos israelíes de esta madrugada.

De lo contrario, los retratos de las víctimas se habrían propagado por las redes sociales iraníes, argumenta.

Las fuerzas iraníes presentes en Siria no actúan de forma independiente, «sino bajo el mando de los sirios», dice Marandi, que afirma que no hubo ningún ataque iraní contra Israel durante la noche.

¿Mediación rusa?

«Los israelíes quieren convertir [Siria] en un asunto irano-israelí, pero no es el caso», añade este exmiembro de la delegación iraní que negoció el acuerdo de Viena sobre el programa nuclear de Teherán, firmado en julio de 2015.

«Aprovechan la situación» provocada por la retirada de Estados Unidos de ese acuerdo, considera.

Lo ocurrido este jueves genera preocupación en el extranjero, como dejaron de manifiesto las numerosas advertencias oficiales en Europa o en Rusia.

«Ahora la pelota está en el campo de los iraníes», considera por su parte el general de brigada retirado Nitzan Nuriel, exdirector de la sección antiterrorista en la oficina del primer ministro israelí.

«Deben decidir si quieren intensificar la fricción, pidiendo por ejemplo a Hezbolá que haga algo, o si entienden que, a estas alturas, no pueden emprender nada contra nosotros», declara.

Para Heras, los iraníes querrán demostrar, de una manera u otra, que «no temen a la maquinaria de guerra israelí».

«A no ser que Rusia [que, al igual que Irán, respalda el gobierno de Damasco] intervenga y desempeñe el papel de árbitro (…), el riesgo de escalada es real».