El carácter lo es todo para Lilian Calmejane. Para el francés es lo más valioso que puede tener un ciclista. “Admiro más un carácter que un palmarés”, predica el joven de 24 años. Por esto se está convirtiendo en un gladiador, en un ciclista que va más allá de los límites de su cuerpo. No se entrega. Nada tiene el poder de frenarlo. Es un luchador y este sábado lo demostró en la Station des rousses, donde los últimos cinco kilómetros fueron un viacrucis. Los calambres en sus piernas lo hicieron pensar que todo estaba perdido. El dolor fue insoportable y casi le impedía pedalear.

Los 187 kilómetros del recorrido por el Jura fueron un infierno. Las cuatro horas y media de pedaleo constante, a casi una velocidad de 42 kilómetros por hora por unas carreteras que no ofrecieron piedad ni respiro, bajo un sol radiante y una temperatura de más de 30 grados centígrados, llevaron al ciclista a vivir una crisis por deshidratación. Fue un calvario. En los últimos kilómetros los pedalazos eran casi imposibles, su rostro se había convertido en un cuadro que reflejaba el dolor.

La cara solo le cambió cuando cruzó la meta. La alegría de haber logrado un triunfo en el Tour de Francia le hizo olvidarse por unos segundos del infierno que vivía. Levantó los brazos con las últimas fuerzas que le quedaban y luego cayó al suelo agonizante. El dolor era infinito. Apenas podía moverse. Los médicos del equipo lo reanimaron y fue cuando logró ponerse en pie, desorientado, perdido. Pero con una sola cosa en la cabeza: la satisfacción de haber logrado ganar en la Station des rousses. Su segunda victoria en una carrera grande. “Sólo tuve un susto por los calambres, pero qué alivio sentí cuando crucé la línea”, dijo con una sonrisa enorme tras ganar la etapa ocho.

Calmejane culminó una escapada épica. Nunca se rindió, a pesar de las dificultades. Era el día de probar si la suerte lo acompañaba y le salió. “Casi nunca me pasa, pero conté con el buen asesoramiento de mi director, que fue quien me ha dicho que disfrute porque en el Tour todo pasa muy deprisa”, aseguró el ciclista a quien muchos ven como uno de los que será protagonista en la competencia. Pero él mantiene los pies en la tierra y asegura que es pronto para encasillarle y que el tiempo dirá si es un ciclista para pelear por grandes vueltas o un cazador de etapas. “Sea lo que sea, seré un gran trabajador”.

Este francés de 24 años sabe que con su triunfo ya salvó el Tour del Direct Energie, una pequeña formación liderada por Jean-René Bernaudeau. Pero para Calmejane no es el fin. “El Tour es largo y tendré más opciones”, asegura el pedalista que ahora es el nuevo líder de la clasificación de la montaña. “Estoy seguro de que mañana lo perderé, pero si estoy bien puede que sea uno de mis objetivos para este Tour”, finalizó este joven osado y un poco irreverente.