Las ilusiones de seis aspirantes a la Casa Blanca enfrentan este martes una jornada decisiva con primarias en cinco grandes estados, en que el millonario Donald Trump podría acortar considerablemente su camino a la nominación presidencial republicana.

Carolina del Norte, Ohio, Florida, Illinois y Missouri iniciaron las primarias de un nuevo supermartes en las primarias para designar a los candidatos presidenciales de los partidos Republicano y Demócrata.

Carolina del Norte, Ohio, Florida, Illinois y Missouri iniciaron la votración en un nuevo supermartes en la carrera para designar a los candidatos presidenciales de los partidos Republicano y Demócrata.

Al fin de la jornada, los dos grandes partidos de Estados Unidos habrán escogido a más de la mitad de todos sus delegados a las convenciones nacionales, y por lo que la votación es considerada un divisor de aguas en esta campaña.

Pero si para Trump la jornada representa la posibilidad de quedar más cerca de la nominación, para Marco Rubio, senador por Florida, y para John Kasich, gobernador de Ohio, el día también podrá indicar que llegó el momento de arrojar la esponja.

Entre los demócratas, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton tiene en sus manos la posibilidad de ampliar su cómoda ventaja sobre el carismático senador Bernie Sanders en camino a confirmar su favoritismo por la nominación a las elecciones presidenciales de noviembre.

Al inicio de la campaña parecía que Clinton tendría un camino sin ninguna dificultad en la interna partidaria, pero Sanders, un orador al mismo tiempo brillante e iracundo, presentó una enorme dificultad y su comité de campaña está dispuesto a dar pelea hasta el último voto.

Jornada de vida o muerte

Para los republicanos la jornada es simbólicamente de vida o muerte, ya que a partir de este martes los cinco estados ya no distribuirán sus delegados de forma proporcional entre los candidatos, sino que el vencedor se los lleva todos.

En Florida, por ejemplo, donde Trump aparece al frente en todos los sondeos, una victoria le daría nada menos que 99 delegados a su cuenta. En la actualidad, Trump ya suma 462 delegados, contra 371 del senador ultraconservador Ted Cruz, al tiempo que Rubio aparece con lejanos 165.

Por ello, Rubio no tiene otra alternativa que una victoria en su estado natal para continuar con vida. Como los sondeos prácticamente eliminan esa posibilidad, se abre así la expectativa de cuándo se decidirá a poner punto final a su aventura electoral.

El lunes, en un acto de campaña, Rubio dijo que «si dejamos que el partido Republicano se defina por la cólera y la frustración, no ganaremos».

En la misma situación se encuentra Kasich, último colocado entre los aspirantes republicanos y quien desde el inicio apostó todas sus fichas a una victoria en Ohio que lo mantenga relevante en la disputa partidaria.

No todos los sondeos coinciden sobre qué puede ocurrir en Ohio, pero definitivamente Kasich tiene una mínima ventaja sobre Trump.

El lunes, Kasich recibió el apoyo explícito del influyente ex candidato presidencial republicano Mitt Romney.

En una referencia a los episodios de violencia en actos públicos de Trump, Kasich dijo que Estados Unidos no es un país «donde nos dedicamos a destruir a los otros o salir dando puñetazos en actos de campaña. Eso no es Estados Unidos».

Fiel a su estilo, en un acto público Trump dijo que «John Kasich no es capaz de devolverle la grandeza a Estados Unidos».

En este escenario, Cruz espera pacientemente que Rubio y Kasich abandonen sus campañas para buscar capitalizar el voto anti Trump en el interior del campo conservador.

Acortar distancias

En tanto, entre los demócratas, Sanders decidió elevar el tono de su retórica tanto para responder a recientes acusaciones de Trump pero también contra la propia Clinton, en una tentativa por acortar las distancias, aunque -al contrario de los republicanos- los demócratas aún cosechan delegados por un sistema proporcional.

En un discurso, Sanders calificó a Trump como un «mentiroso patológico» después que el millonario asegurara que los episodios de violencia registrados en sus actos de campaña fueron incentivados por seguidores del senador de Vermont.

«Cuidado, Bernie, o te mandaré yo mis propios electores a tus actos», había dicho Trump el fin de semana en tono amenazador.

A su vez, la ex secretaria de Estado es franca favorita para alzarse con la victoria en Florida y Carolina del Norte, aunque en los otros tres estados donde se realizan primarias Sanders le pisa los talones.

Pero la situación entre los demócratas es tal que para acortar la desventaja que lo separa de Clinton, a Sanders no le alcanza con ganar sino que tiene que hacerlo por un enorme margen.

Siendo solamente dos candidatos diputándose los delegados de forma proporcional, aún perdiendo ajustadamente Clinton sigue sumando fuerzas para la convención nacional Demócrata y así pavimenta su camino a la nominación partidaria.

Para Sanders, la clave es el estado de Ohio, donde los sondeos atribuyen a Clinton una ventaja de entre dos y tres puntos porcentuales.

Hace una semana, los sondeos daban a Clinton una ventaja de 20 puntos en Michigan y sin embargo Sanders se alzó con una victoria espectacular y ahora quiere repetir la dosis en Ohio.

«Hace dos semanas decían que nunca ganaríamos en Ohio. Y ¿saben qué está ocurriendo? Que tenemos una enorme votación en Ohio. ¡Vengan, vamos a ganar en Ohio!», dijo Sanders el lunes en un acto público.