Jugadores que son además ultras (barras bravas) del Oporto, actitudes violentas y un vídeo que se ha hecho viral han sido los tres ingredientes que han bastado para generar terror a los rivales del Canelas, un club ‘amateur’ del norte de Portugal que domina su campeonato regional.

«El Canelas no respeta las reglas, son unos brutos y nuestros jugadores tienen miedo de enfrentarse a ellos», afirma Manuel Gomes, presidente del Grijo, otra formación de la cuarta categoría.

El Padroense rechazó incluso disputar un partido contra el equipo de la periferia sur de la ciudad de Oporto. «Sus jugadores buscan el conflicto y amenazan, incluso a los árbitros», señaló su presidente, Germano Pinho.

No se ha presentado ninguna denuncia formal, pero hasta finales de enero 13 de los 21 partidos del Canelas se saldaron con una victoria por incomparecencia. La mayoría de los clubes de la Asociación de Fútbol de Oporto prefirieron no presentarse y pagar 750 euros de multa antes que tener que enfrentarse a esos jugadores.

Impulsado por esos puntos conseguidos sin jugar, el Canelas dominó con autoridad la primera vuelta de su campeonato y se acerca al objetivo de ascender de categoría, un objetivo que parecía improbable al principio del curso.

«Super Dragones» 

«Al principio queríamos conseguir algunos puntos, ahora queremos el ascenso porque nadie quiere jugar contra nosotros», reconoce el capitán del Canelas, Fernando Madureira, apodado ‘El Mono’.

Más conocido como jefe de filas de los «Super Dragones», el principal grupo de aficionados ultras del FC Oporto, Madureira se defiende de las acusaciones de juego peligroso y comportamiento antideportivo.

«Somos un equipo agresivo que juega con pasión, pero nadie entra al campo con una pistola o un palo», afirma tirado en la mesa de masajes, antes de un partido en casa contra el Candal, el primer club que aceptó jugar contra el Canelas en dos meses.

«Tener ultras entre nosotros amplifica nuestra reputación de equipo violento, cuando no es así», subraya Bruno Canastro, el presidente del club, que cuenta con otros dos «Super Dragones» en sus filas.

Los jugadores del Canelas bromean mientras, antes de saludar amigablemente a sus adversarios del día, que no parecen intimidados.

El Candal no dudó a la hora de decidir si jugaba contra el Canelas.

«La idea de no presentarnos nunca se nos pasó por la cabeza. Su equipo es como el resto», dice el presidente del Candal, Alberto Ribeiro, sorprendido por la postura de los otros clubes.

Primera derrota 

En ese ambiente de calma tensa, Marco Gonçalves, un hombre musculoso que juega como delantero centro en el Canelas, se permite incluso bromear con la imagen de su equipo.

«Ahí está el pasillo de la muerte para los rivales», ironiza mientras señala el paso oscuro que lleva a un césped en muy buen estado, ya que apenas ha sido utilizado para tres partidos desde el inicio de la temporada.

En un recinto vetusto, 300 aficionados esperan para asistir al partido.

Superados técnicamente, el Canelas termina perdiendo 2 a 0, sufriendo su primera derrota de la temporada. Agotados, los jugadores del equipo vuelven a los vestuarios hundidos.

El presidente Bruno Canastro dice sentirse «decepcionado, pero orgulloso», antes de insistir en que la violencia no forma parte del ADN del equipo.

Sobre el vídeo de YouTube en el que se ven gestos violentos de algunos jugadores, señala que «hicieron una pieza con cinco minutos de juego entre las decenas de horas de la temporada».

«Pero todo tiene una ventaja: ahora el Canelas es el único club amateur con resonancia internacional», señala.

https://youtu.be/7KmRTrpUcsw