Un total de 47 migrantes murieron probablemente en el mar cuando intentaban llegar a las Islas Canarias en una embarcación que estuvo a la deriva dos semanas, informaron los guardacostas mauritanos y la Organización Internacional de MIgraciones. La vigilancia marítima mauritana detectó el lunes a mediodía un barco a la deriva con seis hombres y una mujer a bordo frente a las costas de Nuadibú cerca de la frontera con el Sáhara Occidental, dijo este martes uno de sus responsables.

Los migrantes formaban parte de un grupo inicial de 54 personas de diferentes países de África Occidental. “El resto murió de hambre y de sed cuando se acabaron sus provisiones”, dijo bajo condición de anonimato, práctica habitual en Mauritania en temas de seguridad.

En el bote había 43 hombres y 11 mujeres de Malí, Senegal, Costa de Marfil, Mauritania y Guinea, indicó la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Entre ellos había dos niños de menos de tres años y una adolescente.

La embarcación zarpó “con toda probabilidad” de la región de El Aaiún (Sáhara Occidental) el 3 de agosto rumbo a las Islas Canarias, pero tuvo una avería de motor y quedó a la deriva durante casi dos semanas, indicó a la AFP el responsable de la OIM Nicolas Hochart.

Otro responsable de la organización situó el lugar de salida en la ciudad marroquí de Tan-Tan, unos 300 kilómetros más al norte, frente al archipiélago canario. “Si todo va bien, el viaje suele durar como máximo algunos días (…) Al averiarse el motor, se encontraron sin reservas” de agua ni de alimentación, subrayó Hochart.

Una tragedia incalculable

Esta tragedia es la última en la ruta migratoria del Atlántico que cada año toman miles de africanos rumbo a Europa a través del archipiélago español para huir de la pobreza o de la guerra. Pero la travesía, a bordo de pequeñas embarcaciones o cayucos proporcionados por traficantes a cambio de dinero, es peligrosa. Más de 370 perdieron la vida en esta ruta desde inicios de año, según la OIM.

Sin embargo, el número de muertos puede ser mucho mayor. Los supervivientes suelen arrojar al mar a los fallecidos. Los sobrevivientes de la última tragedia recibieron la ayuda y los cuidados de la OIM y de Cruz Roja. Cuatro se encuentran hospitalizados en estado crítico, según la organización de Naciones Unidas.

La ruta atlántica entre la costa occidental de África y las españolas Islas Canarias, puerta de entrada a Europa, es junto a las del Mediterráneo una de las vías que miles de migrantes africanos toman cada año con la esperanza de una vida mejor. La oenegé Caminando Fronteras contabilizó en julio casi 2.100 migrantes, principalmente de África Occidental, fallecidos durante el primer semestre intentando alcanzar España, un 90% en la ruta de las Canarias.

Las llegadas de migrantes a este archipiélago español ha aumentado desde finales de 2019, principalmente por un mayor control en el Mediterráneo.

La OIM en España estima que esto también se debe a la pandemia de covid-19 y su impacto en las condiciones de vida en África, así como a la reactivación por los traficantes de la ruta del Atlántico en 2020.