La colombiana Caterine Ibargüen dejó serias dudas sobre el estado de
forma en el que afrontará los Mundiales que arrancarán dentro de tres
semanas en Doha, tras concluir este viernes en penúltima posición la
final de salto de longitud de la Liga de Diamante con una marca de 6,26
metros.
Ibargüen, que regresaba a la competición tras la intervención quirúrgica
a la que se sometió el pasado 9 de agosto para solventar la fascitis
plantar que le obligó a retirarse en los Juegos Panamericanos de Lima,
demostró desde su primer intento que no estaba en disposición de pelear
por la victoria en Bruselas.
De hecho, la colombiana, vigente campeona olímpica de triple salto, y
que este curso se ha centrado más en la longitud en sus actuaciones en
la Liga de Diamante se quedó muy lejos de su mejor marca del año, los
6,87 que firmó el pasado mes de junio en Roma.
Un resultado que abre las dudas sobre sí Caterine Ibargüen podrá
alcanzar su mejor estado de forma en las apenas tres semanas que faltan
para el inicio de los Mundiales.
Cita en la que partirá como máxima candidata al oro la alemana Mailaka
Mihambo, la vigente campeona de Europa, que este viernes se alzó en la
capital belga con su primer diamante, tras imponerse en el estadio Rey
Balduino con un salto de 7,03 metros.
Casi veinte centímetros más que la estadounidense Brittney Reese, una de
las tres atletas junto con Mihambo y la nigeriana Eise Brume que este
año ha superado la barrera de los siete metros, que debió conformarse
con la segunda plaza con una marca de 6,85.