Existen algunos elementos clave que ayudan a descubrir y entender la grandeza de quien por cerca de 60 años fue el baterista de The Rolling Stones: Charlie Watts, el artista, el músico y, más que nada, el ser humano. Su nombre fue tendencia el 24 de agosto, día en el que murió de manera tranquila y en paz, según sus familiares y allegados.

Su muerte despertó las más profundas emociones no solo de los seguidores tradicionales de la banda, sino de otros artistas a quien Charlie influenció. A este respecto cabe resaltar que bateristas como John Densmore de The Doors, Lars Ulrich de Metallica y Tré Cool de Green Day, entre muchos otros, manifestaron su admiración y tristeza: Charlie Watts fue un referente definitivo para más de cuatro generaciones de músicos desde comienzos de los sesenta hasta nuestros días y los que vendrán.

Londres, 1941

Charlie Watts nació en Londres, una ciudad que hoy resulta imprescindible para explicar el desarrollo del rock en Europa. Sin embargo, los jóvenes londinenses no fueron los primeros británicos en descubrir ese conjunto de sonidos rebeldes llamados rock n´roll que nacieron en Estados Unidos a mediados de los cincuenta. Liverpool, en cambio, tuvo el honor de recibir por primera vez todos esos discos de Elvis y Chuck Berry que llegaban desde América y, con ello, los adolescentes de esta ciudad portuaria serían los primeros rockeros europeos. Todo lo aquí descrito y condensado sin globalización ni, por supuesto, internet.

Aquellas bandas de rock provenientes de Londres a finales de los cincuenta tienen, entonces, el mérito de haber creado todo un estilo propio de manera ágil y creativa a partir de lo que escucharon de manera tardía proveniente de Estados Unidos y de un rock ya fusionado en otras ciudades como Liverpool. Charlie, por su parte, pretendía ser no solo un baterista de rock…

Murió Charlie Watts, baterista de los “Rolling Stones” – El Espectador

Charlie Watts, el jazzista

Charlie, en esencia, no fue un baterista de rock sino de jazz. Esta afirmación no busca demeritar a los músicos del rock, sino exaltar a los de un género que hoy es considerado uno de los grandes aportes culturales y musicales de Estados Unidos al mundo: el jazz. Aunque la película Whiplash de 2014 podría ser un referente que llega al límite de lo que podría ser considerado exageración, esta obra ilustra las exigencias y sacrificios que vive un baterista de jazz. Así, llena de estudio y absoluta dedicación a su instrumento fue la vida de Charlie Watts. Al final alcanzó su sueño: además de ser el eterno baterista de The Rolling Stones, fundó proyectos prolíficos puramente jazzísticos de los cuales se destaca The Charlie Watts Quintet. Que no parezca extraño evocar en este ensamble a Art Blakey and The Jazz Messengers, pues el arte se renueva sobre hombros de gigantes.

El amplio conocimiento de Charlie sobre rudimentos y métodos fue un elemento diferencial para que The Rolling Stones destacara sobre otras bandas por los diversos matices y estilos que se aprecian en canciones tan diferentes como Paint it Black, Ruby Tuesday, Jumpin’ Jack Flash o Wild Horses. La impronta, en gran medida, está determinada por Jagger en la voz y Richards en la guitarra, pero la alta calidad que hala a los Stones y al rock, en general, hasta una élite musical casi académica fue asunto de Watts.

Charlie, el creativo, el artista

Aunque prácticamente ninguna canción de The Rolling Stones se le acredite o sea de su autoría, es una verdad de Perogrullo que su participación en los procesos creativos y de composición resultara fundamental para hacer realidad algunos de los más grandes proyectos discográficos de la historia del rock. En este sentido, cabe recordar que la mayoría de las canciones de los Stones están acreditadas a Jagger-Richards, una fórmula comercial que aplicaron desde los orígenes de la banda para que su obra demostrara más carácter. Similar es el caso de The Beatles y el dueto inmortal Lennon-McCartney, aunque John nada tuviera que ver con Yesterday o Paul con Help!

Sin embargo, sus aportes creativos e innovadores fueron más allá de lo musical. Además de baterista, Charlie fue un artista gráfico y gran parte de su obra visual se puede apreciar en las primeras portadas de los álbumes de The Rolling Stones a las que Charlie contribuyó de manera notable.

Peter Gabriel lo describió como el músico más elegante, modesto y generoso, cualidades que redundaron en una técnica única que le permitió a The Rolling Stones ser una banda de rock, pero también de blues, de hard rock y hasta de funk porque una adaptabilidad tan natural depende, en gran medida, del ritmo y el ritmo, de Charlie.

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Charlie, el ser humano

Charlie Watts es descrito por su familia y allegados como una persona noble y generosa, un hombre en todo el sentido de la palabra. Pocas veces se reconocen estas cualidades cuando muere una personalidad: priman sus virtudes musicales y resuenan los titulares que hacen alusión a uno de los mejores bateristas de la historia.

Pero, en este caso, vale la pena hacer resonar las palabras con las que sus familiares lo definieron en el comunicado que anunció su muerte: un padre amoroso, un esposo abnegado y un amigo incondicional. El 24 de agosto partió más que un baterista, se fue el hombre bueno y amable, uno de esos seres humanos que en estos tiempos el mundo tanto necesita y que, sin duda, extrañará.