Ciro Immobile es ese delantero en peligro de extinción que ya había mencionado Roberto Fontanarrosa décadas atrás. Muchos lo habían visto deambular cerca a los arcos y las redes que se inflan con un grito de gol, pero pocos podían confirmar que este jugador italiano de 30 años suele habitar en el área rival con el riesgo de que su rival o presa caigan en sus garras y en la potencia de sus ataques.

Hay dos momentos que dicen que Immobile estuvo tras la sombra de los últimos ídolos del fútbol italiano, luego los vio jugar, los tuvo al frente, les dio la mano y entró a la cancha y a la historia. Su debut en la Serie A se dio en un partido que la Juventus le ganó 4-1 a la Bolonia. Alessandro del Piero, un 10 de pura cepa, salió del campo de juego para darle paso a un delantero de 19 años llamado Ciro.

Han pasado 11 años desde aquel entonces. Y aunque no estuvo la presencia de Francesco Totti, otro 10 que marcó una época en la Roma y en el fútbol italiano, Ciro Immobile le dio una mano y con 35 goles en la presente temporada le guiñó el ojo y le hizo saber que ya no sería el último jugador de la Serie A en entregarle la Bota de Oro de Europa a su país. Con el gol que marcó el partido pasado ante el Brescia, el delantero de “La Prima Scuadra della Capitale” superó a Robert Lewandowski, goleador del Bayern München, y se perfiló como el máximo anotador del viejo continente. Solamente Cristiano Ronaldo, referente de la “Vecchia Signora”, podría superarlo si anota más de cuatro goles en el último encuentro contra la Roma y si el futbolista de la Lazio se va en blanco en el partido de este sábado contra el Napoli.

Su debut en la Juventus fue una especie de prueba. Poco tiempo duró en el equipo ‘bianconeri’, pues los dirigentes lo prestaron al Siena y al Grosseto, equipos de la segunda división italiana. Fueron dos años de fogueo, pues en el 2011 pasó al Pescara, donde se quedó con el título de goleador con 28 tantos. Por su buen rendimiento pasó al Genoa y volvió a la Serie A. Cinco tantos en la temporada 2012-2013 no sirvieron para que el delantero tuviera mayor visibilidad y reconocimiento. Su camino se hizo con dificultades, con un ritmo que pudo ser parsimonioso, pero que finalmente tuvo sus cimientos y su cúspide en este presente.

¡Enhorabuena! En el 2013-2014, Immobile se quedó con su primer título como goleador de la máxima división de Italia. 22 goles con el Torino le otorgaron el reconocimiento como un jugador letal en el área. En esa época el Borussia Dortmund se había levantado de un largo letargo. Sus arcas crecieron y sus ansias de contar con las estrellas del fútbol europeo se empezaron a hacer realidad. Tras la distinción del italiano, el equipo alemán decidió contratarlo por cinco años. En total fueron 24 partidos y tres goles. Con poco juego y escasas oportunidades de gol, los negriamarillos decidieron transferirlo al Sevilla una temporada después. Allí tocó fondo en lo futbolístico. Sin mayores posibilidades de ser titular, Ciro Immobile solo tuvo ocho encuentros jugados y dos anotaciones, cifras que hablaron de un fracaso y de una derrota que marca el momento más oscuro de su anochecer.

Retornar a casa y desandar los caminos como la decisión más sabia para volver a empezar con otros aires y otra visión de los senderos y las huellas. Immobile volvió al Torino para la temporada 2015-2016. Allí empezó a recuperar la confianza en sí mismo. Fueron 14 partidos y cinco goles para un delantero que exploraba nuevamente su hábitat natural. Desde el 2016 hace parte de la Lazio. Y desde ese entonces, el atacante italiano volvió a sentirse en su salsa.

En su primer año con los ‘Biancocelesti’, Immobile anotó 23 goles en 36 partidos. En la temporada siguiente registró 29 tantos en 33 compromisos, números que le dieron su segundo título como goleador en la Serie A. El año pasado, con 35 juegos disputados, el delantero logró 15 anotaciones. Y ahora, con 36 partidos jugados, y a falta de uno para culminar el campeonato local, el atacante lleva 35 goles, lo que refleja entonces el mejor momento de su carrera.

Con la visión del águila, del mismo animal que vigila los partidos de la Lazio, Ciro Immobile ha logrado clavar el balón al fondo de la red con una frecuencia que cada vez se hace más corta. Con un equipo que pocos voltean a mirar en medio de la parafernalia de las arcas de la Juventus, del regreso de una leyenda como Zlatan Ibrahimovic al Milan, o de la vanguardia que propone Gasperini con el Atalanta y los goles de Zapata y Muriel, el máximo goleador de Europa pone en manifiesto su nombre y reafirma una revolución en el estilo de juego en Italia. De ese modelo táctico que hace de metáfora de una gran muralla a un equipo de arietes que derrumba cualquier muro. Ahora la Serie A de Italia, en medio de las circunstancias y los parones por la pandemia, se ubica como la liga con mejor promedio de gol en comparación con los demás campeonatos. 1.122 goles en 370 partidos lleva el torneo italiano esta temporada, un récord en el continente, pues, según El País de España, ese promedio de 3,3 goles por partido solo lo había tenido la Bundesliga en las temporadas 2013/2014 y 2018/2019. En este último año, el promedio de la liga española fue de 2,94 y de la Premier League de 2,82.