Tradicionalmente Salma Hayek siempre ha pertenecido al reducido grupo de estrellas de Hollywood que se resisten a recurrir a la cirugía plástica o los retoques estéticos para tratar de detener el proceso natural de envejecimiento, pero incluso las voluntades más fuertes flaquean en ocasiones y en los últimos tiempos ella había comenzado a sentir la tentación de hacerlo.

Lo primero que le hizo plantearse esa posibilidad fue la comedia Like A Boss, en la que da vida a una alta ejecutiva de la industria cosmética.

En el momento del rodaje no pudo evitar pensar cómo se sentiría -o se vería- si se pusiera infiltraciones en los labios y los pómulos como las que se suponía que usaba su personaje y, si no llegó a hacerlo, fue porque su siguiente proyecto frente a las cámaras requería que mostrara un aspecto horrible.

Sin embargo, ya le había picado el gusanillo de la curiosidad y últimamente no dejaba de darle vueltas a esa idea hasta que esta semana se encontró con el comentario de un trol en su página de Instagram, que le recriminaba que hubiera destrozado su rostro con inyecciones de bótox innecesarias.

View this post on Instagram

#wind #aire

A post shared by Salma Hayek Pinault (@salmahayek) on

Ese mensaje, que pretendía ser lo más ofensivo posible, ha servido para subirle la moral a la actriz mexicana y convencerla de que su belleza no ha mermado ni un ápice con el paso de los años.

«No me he puesto bótox, pero gracias por el consejo porque estaba pensando que a lo mejor ya me había llegado la hora»,  respondido la diva.