Dos policías estadounidenses fueron arrestados la noche del viernes acusados de homicidio y tentativa de homicidio tras la muerte de un niño de seis años por disparos en el estado de Luisiana (sur), anunciaron las autoridades.

La muerte del pequeño Jeremy Mardis se suma a una larga lista de casos de brutalidad o abusos por parte de policías desde el año pasado que han generado tensiones en Estados Unidos, en muchos casos con componentes raciales que provocaron también violentas protestas.

The Washington Post aseguró este sábado que Mardis es la víctima más joven abatida por disparos de la policía este año. Su velorio está previsto para este domingo y su funeral será este lunes.

Norris Greenhouse y Derrick Stafford fueron suspendidos de sus funciones después de una persecución en automóvil el martes durante la cual Christopher Few, el padre del niño y conductor, resultó gravemente herido, y Jeremy Mardis muerto.

Otros dos oficiales que estaban durante el incidente también fueron puestos en licencia administrativa, se indicó.

Los datos manejados por la policía indican que el niño fue alcanzado por cinco balas en la cabeza y el pecho y murió atado con el cinturón al asiento del pasajero acompañante delantero.

«Él no merecía morir de esta manera y eso es lo importante», dijo el coronel Michael Edmonson, de la policía del estado de Luisiana, en una rueda de prensa la noche del viernes, durante la cual consideró que la placa de policía había sido «manchada».

«Puedo decir que esto es lo más perturbador que he visto», añadió haciendo referencia al video de la persecución mortal grabado por la cámara del cuerpo de uno de los policías participantes de la acción.

Investigadores dijeron a la cadena de televisión WBRZ que los cuatro oficiales habían iniciado la persecución y tratado de sacar al conductor del vehículo porque tenían una orden de detención pendiente.

Sin embargo, éste supuestamente intentó dar marcha atrás en una calle sin salida en dirección a los agentes, que respondieron abriendo fuego. La televisión, citando a la policía del estado, aseguró que las autoridades no encontraron armas dentro del vehículo.