María Mercedes Aira está disfónica. Cuando se enteró de que la Justicia había detenido a Alejandro Alfredo Manrique, el hombre que violó a su hija y que estaba prófugo desde hace más de tres años, no pudo hacer más que gritar. “Pará mamá, que vamos a chocar”, le dijo su hija.

María Mercedes Aira estaba manejando el jueves por la tarde cuando se enteró de que el infierno que vivió por diez años estaba empezando a cerrarse. “Empecé a los gritos. A dar gracias a Dios”, contó a Diario Popular. Después, hubo llamados. Muchos llamados: a familiares, amigos, toda la gente que en distintos momentos las acompañó, a ella y a sus hijas, en este proceso largo y doloroso.

Manrique fue condenado en febrero de 2014 a diez años de cárcel por abuso sexual gravemente ultrajante de la hija de María Mercedes. Cuando sucedieron los abusos, la hija de María Mercedes tenía 13 años. Y Manrique era la pareja de María Mercedes.

Tras de la condena –que llegó un año y medio después de que María Mercedes hiciera la denuncia– Manrique se fugó. Estuvo tres años prófugo. Y pasó a formar parte de los 10 prófugos “más buscados” del país. Por él se ofrecía recompensa y tenía un pedido de captura nacional e internacional.

En 2016, el caso tomó relevancia pública a partir del pedido desesperado de María Mercedes en una de las marcha de #NiUnaMenos. Diario Popular la entrevistó para ese entonces y publicó una nota con la historia. Después de eso, ella tuvo una reunión en el ministerio de Seguridad con funcionarios del Comando Unificado Federal de Recaptura de Evadidos (CUFRE). A partir de allí, la búsqueda quedó a cargo del coordinador del CUFRE, el Subprefecto Casas, de Prefectura Naval Argentina.

Cada tanto María Mercedes se acercaba a preguntar cómo seguía la investigación. No le daban muchos datos, pero le decían que se estaban ocupando. “Evidentemente, se estaban ocupando”, dijo ahora María Mercedes.

Luego de un allanamiento en una casa de San Marcos Sierra, en la provincia de Córdoba, un operativo conjunto entre la Policía Federal, la Prefectura Naval y la Policía de Córdoba dio con Manrique.

En el momento de su detención, Manrique lloró y aseguró que estaba enfermo. “El teatro te sirve hasta que llega un médico”, dijo María Mercedes. El violador estaba con su actual pareja, una mujer que estaba al tanto de la condición de prófugo y, por lo tanto, también fue detenida.

Tras la identificación y la detención monitoreada por el fiscal de Cruz del Eje, Raimundo Barrera, se decidió el traslado al penal de Bouwer y en las próximas horas se realizará el viaje que llevará a Manrique de regreso a Capital Federal. Una vez en Buenos Aires, cumplirá su condena.

“Es un momento raro, pero es un buen momento”, dijo María Mercedes.

Ayer a la noche después de los gritos y los llamados a la familia y amigos ella y sus dos hijas se juntaron, ahora sí, las tres solas para “apapacharse”. “Estamos confusas las tres, todavía cayendo. Hacía falta esto para darle un cierre”.

*Este artículo fue publicado en Cosecha Roja