Los dirigentes del Bayern Múnich perdieron este viernes los nervios y criticaron a los periodistas por sus informaciones «irrespetuosas y repugnantes», mientras que el técnico Niko Kovac señaló que el equipo debe seguir fiel a su estilo para salir de la crisis.

«El Bayern no puede aceptar más esta manera de hacer las cosas», declaró el presidente del consejo Karl-Heinz Rummenigge en una conferencia de prensa, en la que incluso citó un párrafo de la constitución alemana que dice que «la dignidad humana debe ser inviolable».

El dirigente del gigante bávaro, sumido en una crisis de resultados que le ha llevado al sexto puesto de la Bundesliga, anunció además que ha emprendido acciones legales contra el grupo mediático Axel Springer, propietario del diario popular Bild, el más leído de Alemania. «Evidentemente ustedes ya no piensan en la dignidad o en el decoro. Evidentemente ya no hay fronteras», añadió Rummenigge.

Las críticas hacia el capitán Manuel Neuer, que no está en su mejor momento tras superar dos fracturas en el pie en 2017, y los veteranos Arjen Robben, de 34 años, y Franck Ribery, de 35, han enfadado particularmente a los dirigentes bávaros. «No aceptamos más esta cobertura calumniosa y degradante. Protegemos a los jugadores, a nuestro entrenador y también al club a partir de hoy», avisó.

El presidente del club Uli Hoeness se refirió de manera específica a los periodistas presentes: «No aceptamos más esta cobertura irrespetuosa y repugnante». El director deportivo del club Hasan Salihamidzic, acusado de no apoyar públicamente a Kovac, también se dirigió a la prensa. «Es irrespetuoso decir eso, nunca ha habido un problema con Niko», dijo.

La prensa reaccionó rápidamente ante la actitud de los patrones del Bayern. El Spiegel señaló que «su actuación muestra claramente hasta qué punto el club tiene la necesidad de ser renovado». «Su conferencia de prensa fue únicamente el ataque defensivo. Fueron cañonazos, no dirigidos, dispersos en todos los sentidos», añadió.

Para Bild, que dio su portada digital a lo sucedido, «la impresión general permanece: la crisis del Bayern es más grave de lo previsto. El liderazgo también está tocado, ningún rastro de soberanía».