Un hombre de la entraña de Evo Morales será el encargado de defender el legado del líder indígena en las elecciones presidenciales de Bolivia, a desarrollarse el próximo 3 de mayo.

Luis Arce Catacora fue el elegido por el exmandatario Morales, quien, desde Buenos Aires, donde reside hace dos meses, anunció que su exministro de Economía será el encargado de llevar las banderas del Movimiento al Socialismo (MAS), partido que quiere volver al poder en Bolivia.

Sin embargo, sectores campesinos e indígenas, el núcleo más fiel al exmandatario boliviano Evo Morales, se mostraron divididos tras la designación del economista como candidato presidencial, revelaron dirigentes y parlamentarios este martes.

¿Quién es Arce?

Luis Arce, exministro de Economía, es uno de los funcionarios mejor valorados del gobierno de Evo Morales (2006-2019). Nacido en 1963 en La Paz, es licenciado en Economía y ocupó el Ministerio de Hacienda en 2006, durante el primer mandato de Morales, mientras que en 2009 fue designado a cargo de la cartera de Economía y Finanzas Públicas, hasta 2017 y retomó el cargo en 2019.

En los casi catorce años de Gobierno de Morales, Arce estuvo al frente de las grandes reformas económicas en Bolivia. El MAS destacó que durante esos años el crecimiento del producto interno bruto de Bolivia llegó a más de 40.000 millones de dólares y que el país por varios años tuvo la economía de mayor crecimiento en la región suramericana.

Al momento de confirmarse su nominación, el economista resaltó que bajo los mandatos de Morales Bolivia fue el país que «más rápidamente estaba reduciendo la pobreza extrema» y la brecha entre «ricos y pobres».

Su gestión económica

En medio de una fuerte crisis política que se vivió en los primeros años de mandato de Morales, Arce fue uno de los pocos ministros que pudo dedicarse por completo a su labor en la cartera económica. Mientras sus compañeros de gabinete hacían frente a la inestabilidad política, Arce tuvo que preocuparse por la estabilidad macroeconómica, el déficit fiscal y la ampliación de las reservas internacionales. 

En esos primeros años, también se llevó a cabo un proceso de «nacionalizaciones» (la de los hidrocarburos la más importante de ellas) y aquello fue entendido como una señal hostil a los mercados internacionales de parte de un gobierno indígena que daba sus primeros pasos.

Y aunque la oposición boliviana, entre la que se encontraba la actual presidente interina Jeanine Áñez, siempre se opuso a estas nacionalizaciones, Arce sostuvo que de no haberlo hecho no se habrían logrado los buenos resultados económicos. 

A partir de la nacionalización de los hidrocarburos de 2006, que coincidió con un boom sin precedentes de los precios del petróleo, Bolivia comenzó a crecer a un ritmo anual del 4,9%, y la pobreza extrema se redujo de 38,2% en 2005 a 17,1% en 2018, según cifras oficiales.

No obstante, desde la oposición siempre se ha cuestionado la narrativa del «milagro económico boliviano», pues argumentan que la reducción de la pobreza en el país «es un mito» y que el dinero de los hidrocarburos fue despilfarrado.

¿Por qué algunos sectores indígenas no lo quieren?

Poco después de confirmada la decisión tomada en Argentina, en Bolivia comenzaron a surgir voces de líderes del partido criticando que el elegido provenga de la clase media urbana y no de las organizaciones sindicales y campesinas que componen el MAS.

Arce fue nominado en desmedro del excanciller David Choquehuanca, un aymara que recogió un amplio apoyo previo de los sindicatos campesinos e indígenas. De hecho, Choquehuanca fue nombrado por Morales para que fuera la fórmula vicepresidencial de Arce.

Los dirigentes de las provincias indígenas de La Paz y de la ciudad aymara de El Alto se reunieron tras la noticia de la elección de Arce Catacora para rechazar públicamente esta nominación.

El dirigente campesino Álvaro Mollinedo, en una conferencia de prensa al finalizar el encuentro, señaló que su sector mantiene su postura «innegociable» de que Choquehuanca debe ser el candidato.

«No vamos a permitir ninguna decisión extranjera por más que venga del hermano Evo Morales», concluyó.

¿Puede dejar de ser el candidato?

Los movimientos sociales afines a Evo Morales llamaron a una reunión el jueves para tomar una decisión final sobre el tema electoral.

La presidenta del Senado, Eva Copa, aseguró que la candidatura de su partido MAS la «tomamos como una propuesta, que viene desde allá (Buenos Aires) para que sea debatida dentro de nuestras organizaciones».

Por su parte, la dirigente de las mujeres campesinas de Bolivia, Segundina Flores, afirmó a BBC Mundo que entiende «la molestia de los hermanos campesinos, hasta militantes y las organizaciones».

«Vamos a analizar, vamos a evaluar qué ha pasado, por qué no se ha respetado una decisión mayoritaria acá en nuestro país», señaló.

Los partidos políticos tienen como plazo definitivo el domingo 2 de febrero para inscribir sus candidatos ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE).

¿Cuáles son sus probabilidades de victoria?

Bolivia irá a las urnas el domingo 3 de mayo para elegir presidente, vicepresidente y renovar la totalidad de escaños del Congreso (36 senadores y 130 diputados), en unos comicios extraordinarios convocados luego de la anulación de las elecciones del 10 de octubre.

Para argumentar su decisión, Morales tuiteó que «los sondeos de opinión y encuestas en #Bolivia favorecen con el primer lugar a nuestro candidato a la presidencia Luis Arce Catacora, garantía de la estabilidad, crecimiento económico y redistribución de riqueza que debemos seguir impulsando. El pueblo boliviano lo reconoce».

El MAS encabeza las encuestas de intención de voto con el 20,7%, seguido por el expresidente centrista Carlos Mesa (13,8%).

Una segunda vuelta está fijada para el 14 de junio.

Morales, que gobernaba desde 2006, dimitió el 10 de noviembre en medio de una fuerte convulsión social contra esas elecciones, declaradas nulas tras un informe de la OEA que encontró irregularidades a su favor y en las que se postulaba para un cuarto mandato.