Los estadounidenses volvían este martes a las urnas para una nueva ronda de primarias de cara a la elecciones presidenciales de noviembre, con Michigan como plato principal de una jornada que sigue con Donald Trump y Hillary Clinton como favoritos.

Republicanos y demócratas concurren a las urnas en Michigan y Mississippi, aunque los primeros también realizan primarias en Idaho y un caucus (asamblea de electores) en Hawai.

Michigan, el estado del norte bastión tradicional de la industria automovilística estadounidense, distribuirá el mayor número de delegados para los dos partidos.

La jornada, según todos los sondeos, deberá servir para que Trump aumente su favoritismo entre los otros tres aspirantes republicanos, y Clinton se despegue aún más del carismático senador Bernie Sanders.

En el campo republicano, el magnate inmobiliario tiene en Michigan alrededor del 36% de las intenciones de voto, de acuerdo con un sondeo de la universidad Manmouth, contra un lejano 23% para su más inmediato perseguidor, el senador ultraconservador Ted Cruz.

La primaria republicana en Michigan también representa una excelente oportunidad para John Kasich, el moderado gobernador del vecino estado de Ohio, quien de esta forma espera poder dar una sorpresa en los resultados de la primaria.

En el caso de Mississippi (sur), no se conocen sondeos de los últimos días, pero en encuestas que fueron realizadas en febrero, Trump dominaba ampliamente en las intenciones de voto.

En ese cuadro, el escenario republicano no deberá modificarse demasiado y apenas permitirá a Trump consolidar su ventaja en la disputa interna.

El multimillonario de 69 años ganó hasta ahora 12 de las 20 primarias o caucuses realizados y tiene el mayor número de delegados, una cuenta crucial para obtener la nominación republicana en la convención partidista de julio.

Todos contra Trump

Por su parte, el senador Cruz -de 45 años de edad y abanderado de la derecha religiosa- fue claramente competitivo en Texas y estados vecinos, de forma que se perfila como la alternativa a Trump.

Pero el movimiento anti-Trump no esconde sus dudas en apoyar a Cruz en detrimento del senador Marco Rubio, de 44 años, anclado en un lejano tercer lugar con victorias en solo dos estados y que ahora se juega su supervivencia en las primarias de Florida, la semana próxima.

Esta tendencia quedó en evidencia con la puesta en circulación de videos de campaña mostrando a Trump como un charlatán, aparentemente financiados por electores republicanos consternados por que un empresario que se dice tan próximo del Partido Demócrata pueda ser el candidato presidencial.

Uno de los videos compila fuertes groserías proferidas por Trump en esta campaña, y es apoyado por una organización llamada American Future Fund, que no revela sus donantes aunque a todas luces dispone de varios millones de dólares en caja.

Otro video, creado por la organización Club para el Crecimiento, está destinado a los electores republicanos del estado de Illinois. «Él nos toma realmente por cretinos», dice un narrador, en referencia a Trump.

El millonario acusó el golpe y lanzó su propio video de campaña en Florida, en un ataque frontal contra Rubio, el senador local.

El virulento video califica a Rubio de «corrupto» a raíz de un viejo caso de uso de tarjetas de crédito. En caso de que Rubio sufra una derrota en Florida, lo más probable es que decida arrojar la esponja.

De acuerdo con Trump, Rubio «es un senador que es francamente impopular en Florida. No va nunca al Senado, y nunca vota, tiene una de las peores asistencias de la historia».

En tanto, Cruz repite insistentemente a quien quiera escucharlo que es «el único candidato en haber derrotado a Trump una y otra vez».

Crisis de empleo

Entre los demócratas, Clinton es nuevamente la favorita en Michigan y especialmente en Mississippi, donde la comunidad negra representa un bloque fundamental del padrón electoral.

En las primarias realizadas hasta ahora en el sur del país, Clinton recibió alrededor del 70% de los votos de esa comunidad.

Michigan, y especialmente el área de Detroit, es considerado el corazón de la industria automovilística estadounidense, y en el último debate demócrata, Clinton acusó a Sanders de haber sido contrario a un plan de salvataje del sector en 2008/2009.

«Yo voté a favor del plan de salvataje del sector automovilístico, y él votó en contra», repitió Clinton el lunes durante una visita a una fábrica de computadoras.

En realidad, Sanders también votó a favor del dispositivo de ayuda, aunque en una votación posterior trató de bloquear los recursos utilizados en reflotar el sistema bancario y parte de las constructoras de automóviles.

En tanto, Sanders insiste en criticar el apoyo de Clinton a acuerdos de libre comercio que terminan costando millones de empleos en Estados Unidos y que afectaron en el pasado de forma directa a la propia industria automotriz de Michigan.