Con la pintura del graffiti sobre derechos humanos que Danilo «El Sexto» Maldonado está pintando todavía sobre su piel, el activista cubano mira de frente al futuro de su país: el cambio en la isla es una lucha que solo incumbe a los propios cubanos.

«Los únicos que pueden cambiar la situación son los propios cubanos. No creo que esté en manos de Estados Unidos. El cambio no viene de manos de otros Gobiernos», aseguró en entrevista con Efe.

En diciembre de 2014, «El Sexto», como es conocido, fue detenido en Cuba mientras se dirigía a realizar una presentación artística titulada «Rebelión en la Granja», que incluía dos cerdos decorados con los nombres «Fidel» y «Raúl», en alusión a los hermanos Castro.

El artista fue arrestado bajo acusaciones del delito de desacato, una pena que castiga la falta de respeto a funcionarios públicos, y encarcelado por cerca de diez meses sin juicio.

La presión internacional logró que «El Sexto», galardonado a posteriori con el premio internacional Václav Havel a la Disidencia Creativa, fuese liberado el 20 de octubre de 2015.

Tras participar el pasado 4 de marzo en la conferencia sobre derechos humanos «College Freedom Forum», organizada por la Human Rights Foundation, advirtió que la realidad es que en Cuba hay todavía «presos políticos».

«Siguen golpeando a las ‘damas de blanco’ -grupo de mujeres que lucha por la liberación de sus familiares-. La situación está de mal en peor», apuntó «El Sexto».

El tan anhelado «deshielo», auspiciado por la apertura de relaciones con EE.UU. y la visita del presidente Barack Obama a la isla los próximos 20, 21 y 22 de marzo, lo que será la primera visita de un mandatario estadounidense desde 1928, es para «El Sexto» solo un paso: «vamos a ver en qué termina la visita».

«No tengo ninguna esperanza en el cambio en Cuba si no viene del pueblo», añadió.

El bloqueo en la isla, insistió, «está en el Gobierno de Cuba, nada que ver con el Gobierno de Estados Unidos»: es el Ejecutivo de los Castro el que presiona y hostiga «a las personas que quieren su libertad de expresión».

Detenciones arbitrarias o confiscaciones de bienes son, según «El Sexto», relatos cotidianos en la Cuba de hoy: «Llegan a meterse dentro de la casa y robarles los juguetes que les van a regalar a los niños por el día de Reyes».

Lo cierto, es que a pesar de la represión, la sociedad civil «ha ido tomando espacio» a base de marchas y protestas: «No hay que esperar a que muera alguien para ejercer tu propia libertad. Si tú no haces por tu libertad, nadie lo va a hacer».

«Las reformas son falsas. Son espacios que ha ido tomando el pueblo. Las casas se vendían antes de que él dijese que se podían vender las casas. Es simplemente una estrategia de poder para parecer que aún tiene el poder», explicó en alusión a las reformas de Raúl Castro para actualizar el modelo socialista de la isla.

«Las casas siempre se vendieron. Legalizaron una práctica que era común», insistió «El Sexto», para quien «el pueblo sigue avanzando y quitando espacio al Gobierno. Esas reformas son la muestra de que le ha quitado espacio».

El activista se mostró muy crítico con los Gobiernos que mantienen relaciones con el Ejecutivo de los Castro -«todo Gobierno que está pactando con este Gobierno asesino es cómplice»-, así como con la Iglesia Católica: «Da la mano como si Cuba fuese el paraíso de los derechos humanos», lamenta con desdén.

«El Sexto», una de las voces más aclamadas en el relatorio de «College Freedom Forum», clamó contra la resignación que lleva a muchos cubanos, «desesperanzados», a abandonar la isla.

«Hay muchas personas que se van, pero hay muchas personas que sí siguen haciendo algo en Cuba», subrayó.

«Necesitamos solo echar a dos personas, a la familia Castro. ¿Por qué se tiene que ir toda Cuba cuando necesitamos echar a dos personas?», preguntó.