Una sorpresa se llevaron 400 estudiantes de la Universidad de Morehouse, ubicada en Atlanta (EE.UU.), cuando se enteraron que los préstamos estudiantiles que habían adquirido durante sus carreras habían sido pagados. La donación sorpresa anunciada el pasado sábado por el empresario texano, el hombre negro más rico de Estados Unidos, aún no ha sido cifrada, pero la deuda total acumulada por los estudiantes de la promoción 2019 de la institución, una universidad históricamente negra de Atlanta, podría alcanzar los 40 millones de dólares.

Si bien fue aplaudido por su generosidad, Robert Smith también dejó a mucha gente celosa en las redes sociales: «¿Habrá algún multimillonario que quiera comprometerse a reembolsar mi préstamo estudiantil? Estoy contenta por los recién graduados, pero también envidiosa», tuiteó una internauta.

«Las personas no deberían hallarse en una situación en la cual dependan de un enorme acto de caridad de un desconocido», subrayó en Twitter la joven estrella demócrata del Congreso, Alexandria Ocasio-Cortez, elegida el año pasado tras prometer entre otras cosas que luchará por la universidad gratuita para todos. El regalo de Robert Smith deja en evidencia la inmensa deuda estudiantil en Estados Unidos, de casi 1,5 billones de dólares.

A Smith, de 56 años, se le atribuye ser el fundador en el año 2000 de la firma Vista Equity Partners, una firma que financia y reenvía software y negocios de tecnología. Según la revista Forbes, su patrimonio, el cual está tasado en US $5.000 millones, lo ubica en el puesto 355 de los hombres más ricos del mundo. 

El pasado sábado, fue invitado a la ceremonia de graduación, en la que aseguró que esperaba que un día “todas las clases tengan la misma oportunidad en el futuro”. Y es que esta no es la primera ve que hace una donación de este tipo. Años antes ya había donado US $1.5 millones a esa misma institución para financiar becas y la construcción de un nuevo parque. 

Multimillonarios movilizados 

Más de dos tercios de los estudiantes graduados en 2016 estaban endeudados, y de promedio cada uno debía 29.650 dólares, según cifras publicadas en abril por una organización especializada, el Instituto para el Acceso y el Éxito en la Universidad (Institute for College Access and Success).

Los reembolsos, muchas veces a más de 10 años, pesan bastante en las elecciones de empleo y de vida de los jóvenes activos: retrasan la compra de un automóvil, de una vivienda o el tener hijos, con consecuencias para la economía estadounidense. Robert Smith , sin embargo, no es el primer multimillonario que se moviliza para ayudar a los estudiantes. 

En noviembre, el exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg donó 1.800 millones de dólares a la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, en la cual se graduó en 1964: el dinero pagará los gastos de escolaridad de los estudiantes de origen modesto, facilitando su acceso a esta prestigiosa universidad privada, donde un año cuesta unos 72.000 dólares.

Otro millonario neoyorquino, Kenneth Langone, donó 100 millones de dólares a la escuela de medicina de la Universidad de Nueva York en 2018 para suprimir totalmente el pago de matrícula y mensualidades. 

Durante la campaña presidencial de 2016, la cuestión de los préstamos estudiantiles, que explotaron entre 1996 y 2012, ya estuvo en el centro de la campaña de Bernie Sanders, y contribuyó a aumentar su popularidad entre los jóvenes.

Tasar a los ricos 

En 2017, el senador independiente de Vermont presentó un proyecto de ley, «College for All Act», que prevé la supresión de los gastos de escolaridad en las universidades públicas para las familias modestas. El costo de la medida, que no tiene chances de ser adoptada en un Senado controlado por los republicanos, fue estimado en 600.000 millones de dólares, a ser financiados por un impuesto sobre las transacciones financieras.

Mientras la campaña para la investidura demócrata de 2020 gana intensidad y ya cuenta con 23 candidatos, la senadora de Massachusetts Elizabeth Warren se presenta a la vanguardia del tema, así como Bernie Sanders. En abril Warren develó una propuesta muy detallada que prevé la supresión de los gastos de inscripción en universidades públicas y la eliminación de una parte de la deuda, proporcional a los ingresos.

El plan, de un costo estimado de 1,25 billones de dólares en 10 años, sería financiado por un impuesto a los «super ricos».

Si bien otros candidatos demócratas son más vagos sobre el asunto, la casi totalidad defiende una educación terciaria más accesible. Y mientras esperan a ver si uno de ellos llega a la Casa Blanca, algunos estados adoptan medidas para reducir el costo de sus universidades. 

Nueva York ofrece desde el año pasado una beca equivalente a los gastos de escolaridad de sus universidades públicas a los estudiantes de origen modesto, a condición de que permanezcan varios años en el estado tras la obtención del diploma.

A comienzos de mayo, los legisladores del estado de Washington adoptaron un texto que prevé tasar a las empresas que recluten empleados calificados, a fin de ofrecer a partir de 2020 una escolaridad gratuita en las universidades públicas a los hogares de ingresos inferiores al promedio. 

El texto aún debe ser ratificado por el gobernador. Pero cuenta con un gran apoyo, incluido de empresas como Amazon y Microsoft, que están instaladas en ese estado y tendrían que contribuir.