Han, de 16 años, empezó a aparecer en revistas influyentes en el mundo de la moda, y se convirtió en el primer modelo surcoreano de color, en un país donde la discriminación racial es la moneda corriente. Según le dijo a Al Jazeera Gi-Wook Shinn, director del Centro de Estudios Asiáticos de la Universidad de Standford, la consolidación de la nación norcoreana se hizo a partir de la idea de la sangre pura.

Sin embargo, explica, a partir de 1950, con la llegada de soldados estadounidenses, los surcoreanos empezaron a recibir extranjeros y con eso, descubrieron su sentimiento apático frente a los foráneos. Los resultados de las mezclas entre los soldados y las mujeres asiáticas, usualmente prostitutas que trabajaban en los llamados “camp towns”, a las afueras de las bases estadounidenses”, dejaron como resultado una nueva generación conocida como “americo asiáticos” (Amerasians), quienes padecieron las peores tasas de suicidio, violencia alcoholismo y pobreza.

«Un modelo de piel oscura como Han es algo sin precedentes en Corea del Sur», reconoce su agente, Youn Bum.Una encuesta gubernamental mostró en 2015 que el 25% de los surcoreanos no deseantener vecinos extranjeros, muy por encima de los resultados obtenidos en EEUU (5,6%) y China (10,5%).

Según relata AFP, a muchos de los inmigrantes, provenientes mayormente de China y del sudeste asiático, les tratan de «sucios» o «hediondos» en los transportes públicos, o les rechazan en restaurantes o baños públicos. Los niños mestizos son acosados en los colegios, llamados peyorativamente «tuigi», que significa literalmente «animal cruzado».

«Cuando jugaba con otros niños en el colegio, algunas madres se los llevaban diciéndoles ‘no juegues con niños así'», recuerda Han. Blanco de las miradas en público, «quería ser invisible», añade. «Odiaba mi apariencia, ser diferente».

En la moda encontró su ruta de escape: las audiciones, las fotos, lo llenaron de confianza. Con 14 años, Youn Bum, su agente, lo contrató tras sus andares «impresionantes». Sin embargo, el recorrido no ha sido fácil. Inicialmente, diseñadores y editores de revistas rechazaban al dúo, llegando a descartar abiertamente al modelo mestizo por considerarlo de «mala suerte» y urgiendo a Youn que reclutase a blancos.

Pero un puñado de diseñadores lo consideraron único, catapultándolo a las pasarelas de más de 30 desfiles en las dos Semanas de la Moda en Séul del último año, una cifra extraordinaria para un novato.

«Ser modelo me ayudó muchísimo a desarrollar la confianza en mí mismo», relató Han, que espera convertirse en un modelo a seguir para los niños mestizos. «Ahora disfruto de las miradas, en lugar de avergonzarme».