El fiscal Keith Ellison, que investiga la muerte de George Floyd, endureció los cargos contra Derek Chauvin, el expolicía que fue grabado con la rodilla asfixiando al hombre afroamericano, que murió poco después, e incluyó en el caso a los otros tres policías presentes en la escena.

El endurecimiento de los cargos era una de las demandas de las multitudinarias manifestaciones contra el racismo y la brutalidad policial, que se mantienen con fuerza en varias ciudades para exigir cambios más profundos en las instituciones estadounidenses.

Ellison explicó en una comparecencia ante periodistas que decidió elevar la acusación contra Chauvin al cargo de asesinato en segundo grado, tras haber sido imputado el pasado 29 de mayo de asesinato en tercer grado y de homicidio imprudente.

«Presenté un demanda enmendada», señaló el funcionario, que explicó que las pruebas disponibles apoyan «la acusación más fuerte de asesinato en segundo grado».

El asesinato en segundo grado es el que ocasiona el fallecimiento de alguien sin intención mientras se inflige o se intenta infligir un daños y puede ser penado con no más de 40 años de prisión.

Además el fiscal imputará a los otros tres policías que estaban en el lugar –Tou Thao (34), J. Alexander Kueng (26) y Thomas Lane (37), ya detenidos– por ayudar e instigar homicidio.

CNN reveló, citando registros penitenciarios, que Lane y Thao fueron procesados en la cárcel del condado de Hennepin, mientras que Kueng se había entregado horas antes, dijo su abogado Thomas Plunkett a la cadena estadounidense.

La familia de Floyd, que había pedido penas más duras y que se responsabilizara a todos los policías presentes en el momento de su muerte, celebró la decisión.

«Este es un paso importante hacia la justicia», indicaron en un comunicado en el que instaron a los estadounidenses a seguir «levantando sus voces para el cambio de manera pacífica».

La decisión se conoce en medio de las protestas que sacuden Estados Unidos después del asesinato de Floyd el pasado 25 de mayo. Este caso ha sido el detonante de manifestaciones en distintos puntos del país, donde unas 40 ciudades han declarado toque de queda nocturno para tratar de frenar los desórdenes y saqueos en los que derivado las protestas.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha amenazado con invocar una ley que le permitiría sacar a las fuerzas militares a las calles para sofocar manifestaciones violentas, en un llamado a la «ley y orden» que hace a cinco meses de las elecciones en las que buscará su reelección y cuando aún enfrenta la pandemia del nuevo coronavirus.

Su secretario de Defensa, Mark Esper, marcó distancia y dijo que esa opción militar debía ser utilizada como «un último recurso y solo en las situaciones más urgentes y graves».

*Con información de EFE y AFP