Esta semana, Vietnam comenzó a levantar el confinamiento luego de una estricta cuarentena con seguimiento de personas infectadas, que parece haber contenido la epidemia de COVID-19 que provocó menos de 300 casos y ninguna muerte. ¿Cómo consiguió estos buenos resultados en la lucha contra el virus?

De acuerdo con una investigación de la empresa estadounidense de ciberseguridad FireEye porque en un intento por espiar a funcionarios de China, hackers vietnamitas se encontraron con la información de la «extaña neumonía que estaba matando mucha gente» justo antes de que el gobierno chino lo hiciera oficial.

De acuerdo con la  hoja de ruta de la lucha de Vietnam contra el coronavirus, éste fue uno de los primeros países que decretó cuarenatenas.Desde los primeros días de febrero, el gobierno de ese país suspendió todos sus vuelos hacia y desde China, y casi cerró su extensa frontera terrestre, de 1.300 km de largo, con la República Popular. 

Las escuelas no volvieron a abrir desde fin de enero, tras las conmemoraciones del Tet, el Año Nuevo vietnamita. Los poblados agrícolas con más de 10.000 habitantes fueron por completo bloqueados durante tres semanas, cuando sólo había una decena de casos de infectados confirmados en todo el territorio. 

Después, «más de 80.000 personas fueron puestas bajo cuarentena simultáneamente» a lo largo de todo el país, en campamentos bajo custodia del ejército, indicó Takeshi Kasai, director de la OMS para la región del Pacífico occidental. «Es la razón por la cual han podido mantener una pequeña cantidad» de infectados. 

Espionaje a China

Pero FireEye reveló que hubo algo más. Un grupo de espionaje cibernético llamado APT32, que desde 2012 ataca entidades privadas y gobiernos extranjeros, logró obtener información secreta de funcionarios chinos el 6 de enero de 2020, casi tres semanas antes de que el gobierno de Xi Jinping informara oficialmente del nuevo virus que podía transmitirse entre seres humanos.

El grupo de hackers envió correos maliciosos a empleados del ministerio de Gestión de Emergencias de China, y así se enteró de que una «extraña neumonía» dejaba decenas de muertes en Wuhan (China), los espías continuaron vigilando a los funcionarios chinos, pues buscaban ahora información sobre cómo combatir el nuevo virus. 

Aunque el ministerio de Relaciones Exteriores de Vietnam ha negado el espionaje o ataques cibernéticos, desde finales de enero el país se anticipó a la epidemia y comenzó a actuar en redes sociales: pr omovieron el lavado de manos, trataron de evitar el miedo frente a la pandemia y se concentraron en repartir ayudas entre los más pobres.

Porque Nueva Zelanda, el caso más reconocido a nivel mundial en la lucha contra el coronavirus, tenía factores a su favor: apenas cuatro millones de habitantes, facilidad de aislamiento, buen sistema sanitario y tecnología de punta; Vietnam,  en el otro extremo, es un país de 95 millones de habitantes, con un pésimo sistema de salud, una frontera porosa con China y altos niveles de pobreza. No tienen un solo muerto;

Y aunque no han podido realizar tantas pruebas como quisieran a sus habitantes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) elogia la rapidez para decretar el confinamiento y así contener el virus.

Hoy el país sale del confinamiento, y aunque las aglomeraciones de personas continúan prohibidas, y se fomenta el uso de mascarillas y el distanciamiento social, el régimen comunista permitió desde este jueves reabrir algunas empresas, sobre todo en Hanoi y ciudad Ho Chi Minh. En varias provincias, las escuelas reabrirán a partir de la semana próxima.

El control de la información hace temer, por otro lado, que quizás sus resultados no sean tan buenos: quien se atreva a poner en tela de juicio las cifras oficiales se expone a sufrir sanciones por parte del gobierno, muy cuidadoso de que su gestión de la crisis sanitaria no sea cuestionada.

Pero, los expertos consideran que la tendencia es positiva y que anticiparse a la pandemia logró los buenos resultados de los que hoy presumen. ¿En la guerra y la pandemia todo se vale?