Estados Unidos retiró formalmente a Sudán este lunes de su lista de países que apoyan el terrorismo, en la que figuraba desde 1993, una medida que podría alentar las inversiones extranjeras en el país. “Puesto que el periodo de notificación en el Congreso, de 45 días, expiró, el secretario de Estado firmó una notificación que anula la designación de Sudán como un Estado que apoya el terrorismo. La medida es efectiva a partir de este 14 de diciembre”, anunció, en Facebook, la embajada de Estados Unidos en Jartum.

Estados Unidos tomó esta medida tras haber acusado al entonces presidente sudanés, el islamista Omar al Bashir, de tener relaciones con “organizaciones terroristas” como Al Qaida, cuyo jefe, Osama bin Laden, se hospedó en el país en los años 1990.

Esta medida tan esperada por Jartum debería aportar una bocanada de aire a la economía del país, muy debilitada. La inscripción en la lista negra impedía a los países extranjeros comerciar e invertir en Sudán, so pena de ser sancionados.

El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció el 19 de octubre la retirada de Jartum de esa lista negra, pero no se lo notificó formalmente al Congreso hasta el 26, después de que Sudán anunciara la normalización de sus relaciones con Israel, presionado por Washington.

Con todo, las autoridades sudanesas siempre negaron cualquier tipo de “chantaje” por parte de Estados Unidos. No obstante, Jartum sigue esperando obtener la inmunidad legal en los asuntos relacionados con atentados pasados, para lo que se necesita una ley que está siendo tratada en el Congreso estadounidense.

El Congreso debe aprobar una ley que proclame la “paz legal” con Jartum, para otorgarle inmunidad legal como Estado en esos asuntos. Sin embargo, las negociaciones en este sentido entre la administración Trump y el Congreso estadounidense tropiezan en varios frentes.

La decisión de Washington se enmarca en un acuerdo que prevé que Sudán indemnice con 335 millones de dólares a los familiares de víctimas de atentados perpetrados en 1998 por Al Qaida contra las embajadas de Estados Unidos en Kenia y en Tanzania (más de 200 muertos). Y ello, debido a que las autoridades sudanesas de aquel entonces habían hospedado anteriormente a Osama bin Laden.

Recientemente, Sudán expresó su impaciencia, lamentando que algunos “compromisos políticos y económicos” no hubieran “sido respetados” por Washington.

El país advirtió que ese bloqueo podría “retrasar la aplicación del acuerdo” de normalización de las relaciones con Israel. Estados Unidos retomó contacto con Jartum durante la presidencia del demócrata Barack Obama, cuando Omar al Bashir empezó a cooperar en la lucha antiterrorista; un proceso acelerado por la revuelta popular que desembocó en el derrocamiento de Al Bashir en abril de 2019.