Un total de 29.000 altos cargos fueron sancionados entre enero y noviembre de 2015 por no seguir la campaña de austeridad en el gasto emprendida por el régimen desde finales de 2012, informó este lunes la Comisión Central de Inspección de Disciplina, el brazo anticorrupción del Partido Comunista de China (PCCh).

La cifra, incluida en un informe divulgado por esa comisión, supone una significativa reducción de los casos de derroche oficial con respecto a 2014, cuando los castigados fueron 71.000 funcionarios públicos.

La comisión no dio detalles sobre las sanciones impuestas, aunque éstas, dependiendo de cada caso, pueden oscilar desde la apertura de un expediente a la suspensión de empleo, la destitución o, en los casos de mayor gravedad, la expulsión del partido.

A finales de 2012, con la llegada a la secretaría general del partido del ahora presidente Xi Jinping, se instauró una normativa de ocho puntos contra «la burocracia, la extravagancia y los hábitos de trabajo indeseables» en el seno del PCCh.

La campaña ha reducido al máximo los banquetes oficiales, los viajes de trabajo (especialmente en cargos locales) o las ceremonias públicas, pero también ha afectado a la vida personal de los políticos chinos, ya que pueden ser sancionados si organizan opíparas bodas para sus hijos o conducen lujosos automóviles.

La comisión disciplinaria destacó el especial descenso registrado en las violaciones de la política de austeridad entre políticos por encima del nivel comarcal, del 50 por ciento.

Pese a estas cifras, las autoridades anticorrupción subrayaron que «aún se está lejos de arrancar completamente de raíz» las violaciones a las normas de gasto.

Advirtieron en este sentido de la pervivencia de prácticas «clandestinas» como los sobornos a través de cuentas en internet o el uso de cafeterías en edificios oficiales para organizar cenas extravagantes.

Las normas de austeridad se enmarcan en la campaña anticorrupción que se ha convertido en una de las principales líneas de gobierno del presidente Xi, en la que cientos de líderes a todos los niveles, incluido el militar, han sido investigados, juzgados o condenados por fraude.

Uno de los principales condenados en esta campaña fue el exministro de Seguridad Pública Zhou Yongkang condenado el pasado año a cadena perpetua por corrupción, siendo el primer antiguo miembro del Comité Permanente del PCCh (la cúpula de poder del régimen) juzgado y castigado por corrupto.