Las filas republicanas en el Congreso están exhibiendo fisuras en torno al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazado por un juicio político, debido a la consternación que generaron su decisión de retirar las tropas de Siria y su frustrado intento de albergar la cumbre del G7 en un club de su propiedad.

Las heridas autoinfligidas de Trump están dificultando que algunos republicanos permanezcan callados o inquebrantables durante lo que podría ser un punto de inflexión en su presidencia.

Los demócratas están preparando el desarrollo para un juicio político, el cual tiene como catalizador la llamada telefónica de Trump en julio a su homólogo ucraniano en el que habría presionado al aliado europeo a investigar a su principal rival político para las elecciones de 2020, el demócrata Joe Biden, y a su hijo Hunter por negocios en esa nación.

Ningún legislador republicano en ejercicio ha expresado públicamente su intención de votar por la destitución de Trump en la Cámara de Representantes, o por la condena del Senado si el proceso llega tan lejos. Sin embargo, algunos ya están más cerca de respaldar el proceso.

«Creo que estamos llegando a ese punto» en el que un número creciente de republicanos podría apoyar la destitución, dijo a la CNN el lunes Charlie Dent, congresista retirado del Partido Republicano. Pero además, agregó que ha hablado con legisladores actuales de su partido que están «exasperados» por las actitudes de Trump.

El senador Lindsey Graham, uno de los defensores más feroces de Trump en el Congreso, en los últimos días expresó su apertura a los procedimientos de juicio político si surgen nuevas pruebas de irregularidades cometidas por parte de Trump.

«Quiero decir… muéstrenme algo que… sea un crimen», dijo Graham, quien criticó la retirada de Trump de Siria, en una entrevista con el portal Axios divulgada el domingo.

«Si pudieran mostrarme eso, ya saben, que Trump realmente estaba participando en un quid pro quo, fuera de la llamada telefónica, eso sería muy perturbador», señaló.

Desde entonces, Graham ha expresado optimismo de que Trump alcanzará una solución viable en Siria. Pero sus críticas resuenan en un Congreso donde los republicanos han temido desafiar al presidente o enemistarse con su base.

Trump está acusado de tratar de condicionar la ayuda militar ordenada por el Congreso a Ucrania a que se desarrolle una investigación del candidato presidencial demócrata Joe Biden y su hijo Hunter, por los negocios de este último como ejecutivo de una empresa energética de Ucrania.

Por su parte, el presidente sigue confiando en que su partido lo respalda.

«Creo que tengo un gran apoyo republicano», dijo a periodistas el lunes.

Graham ha dicho que no ve un comportamiento impecable por parte de Trump en lo referente a su llamada al presidente de Ucrania.

Pero otros sí. John Kasich, excongresista y gobernador del estado de Ohio, aseguró el viernes que lo empujaron «a cruzar el Rubicón» (expresión que suele utilizarse como metáfora para la acción de dar un paso sin retorno) y que votaría para destituirlo si aún estuviera en la Cámara.

Eso siguió a una alocada conferencia de prensa en la Casa Blanca del jefe de gabinete interino, Mick Mulvaney, quien anunció que un resort propiedad de Trump en Florida (sureste) había sido elegido para acoger la cumbre del G7 del próximo año, y reconoció que había un «quid pro quo» (del latín, «algo a cambio de algo») sobre la retención de ayuda a Ucrania.

Mulvaney retiró sus comentarios sobre el escándalo ucraniano en medio de una reacción oficialista violenta, pero su anuncio sobre usar el complejo Trump National Doral como sede del G7 enfureció a varios republicanos.

Cuando Trump telefoneó durante una reunión entre Mulvaney y los republicanos moderados y se enteró de que no defenderían su decisión, Trump descartó el plan del Doral, según informó el diario The New York Times.

Se necesitan más datos

Francis Rooney es el primer legislador republicano que ha considerado apoyar el juicio político. Flickr

Con el aumento de la frustración, el congresista Francis Rooney se convirtió el viernes en el primer republicano en decir públicamente que está considerando apoyar la investigación de juicio político.

«No creo que pueda descartarlo (apoyar el juicio político) hasta que conozca todos los hechos», dijo el legislador por Florida a la CNN, quien acotó que no buscará la reelección el próximo año, lo que le permitiría hablar más críticamente de Trump.

Si Trump es acusado por mayoría simple en la Cámara baja -y Dent dijo que cree que sucederá-, el proceso pasa a juicio del Senado, donde el actual disidente principal del partido, Mitt Romney, podría tener cierta influencia.

El candidato presidencial republicano de 2012 ha sido muy crítico con Trump recientemente, y le dijo a Axios que creía que era un error «impactante» que el mandatario buscara ayuda extranjera para investigar a los Biden.

«Ciertamente no podemos tener presidentes pidiendo a países extranjeros que proporcionen algo de valor político», subrayó. «Eso es, después de todo, contra la ley», acotó.

En cuanto a un posible juicio en el Senado que podría destituir al presidente, «solo quiero obtener la mayor cantidad de información posible, hacer una evaluación consistente con la ley y la Constitución», dijo.

La condena requiere una mayoría de dos tercios, lo que significa que de los 53 republicanos en el Senado de 100 miembros, al menos 20 tendrían que votar en contra de Trump.