El exproductor de cine Harvey Weinstein, que fue condenado este miércoles a 23 años de prisión por violación y agresión sexual, fue llevado al Hospital Bellevue de Nueva York con dolores en el pecho tras finalizar la sesión judicial en la Corte Suprema.

Según informan medios locales, Weinstein será evaluado y probablemente pasará la noche en el hospital, lo que ya le sucedió hace unas semanas.

El pasado 8 de marzo, Weinstein sufrió una caída en la prisión de Rikers Island, donde estaba recluido a la espera de conocer este miércoles su sentencia definitiva.

Weinstein, de 67 años, fue además operado del corazón el miércoles de la semana pasada en un hospital carcelario de la Gran Manzana en el que permanecía desde el 24 de febrero, cuando el jurado lo declaró culpable de dos delitos sexuales, e ingresó en la polémica cárcel de Rikers al día siguiente, donde no dispone de su andador, según explicó su representante Juda Englemayer al canal CNN.

«Harvey dice que tiene palpitaciones en la cabeza todo el tiempo y cree que tiene una conmoción cerebral. No lo han diagnosticado oficialmente«, explicó el representante, a quien Weinstein le dijo por teléfono que está teniendo mucho tiempo para «pensar sobre su vida y lo que ha hecho», y también que «no fue un buen hombre y así es como ha llegado hasta allí».

Harvey Weinstein, el que un día fue el productor de cine más poderoso de Hollywood, fue condenado este miércoles a 23 años de prisión en Nueva York por violación y agresión sexual a dos mujeres tras un juicio que ha dado voz a sus víctimas y cimentado las reivindicaciones del movimiento feminista del #MeToo, que catalizó su escándalo.

El juez James Burke desglosó la condena de Weinstein: 20 años por un acto sexual criminal en primer grado contra la asistente de producción Mimi Haley, en 2006, y 3 años por la violación en tercer grado de la aspirante a actriz Jessica Mann, en 2013, delitos de los que había sido hallado culpable por un jurado, y además ordenó su registro como agresor sexual.

La audiencia duró menos de dos horas pero fue tensa y emotiva, ya que Haley y Mann subieron al estrado para relatar sus dolorosas experiencias y sus esperanzas frente al tribunal; y Weinstein, por su parte, tomó la palabra por primera vez, antes de conocer su futuro, para expresar tanto «confusión» como «remordimiento» ante ellas.