Los empleados de una instalación de Amazon en Staten Island, Nueva York, votaron para formar el primer sindicato de la compañía en Estados Unidos, en lo que es una de las más grandes victorias para las organizaciones de trabajadores en décadas.

La votación finalizó con el 55 % de sufragios a favor de la sindicalización (2654) frente al 45 % en contra (2131), según funcionarios de la Junta Nacional de Relaciones Laborales. La campaña a favor del Sindicato de Trabajadores de Amazon en Staten Island estuvo liderada por Chris Smalls, un exempleado de la compañía que se hizo famoso por protestar por las condiciones de seguridad que ha ofrecido el gigante minorista durante la pandemia de Covid-19.

“Hace dos años, mi vida cambió para siempre. Cuando el Covid-19 entró en juego, Amazon nos falló. Hicimos todo lo necesario para conectar a estos trabajadores. Comenzamos con dos sillas, dos mesas y una carpa y luego recaudamos dinero en línea. Espero que todos nos estén prestando atención ahora porque mucha gente dudaba de nosotros”, dijo Smalls jubiloso frente a una multitud de empleados que han denunciado las prácticas del que hoy es el segundo empleador más grande del país.

La victoria de Smalls y del grupo de Staten Island es una gran derrota para Amazon, que ha hecho todo lo que está a su alcance por asfixiar los esfuerzos de sindicalización de sus almacenes, considerando la organización de trabajos un “obstáculo” para el desarrollo de su sistema empresarial. En 2021, según documentos del Departamento de Trabajo a los que tuvo acceso The New York Times, Amazon gastó más de US$ 4.2 millones en consultores laborales para luchar contra las campañas sindicales.

El grupo de empleados en Staten Island quiere negociar los contratos para los trabajadores del almacén exigiendo salarios más altos, beneficios médicos, políticas contra la discriminación y licencias.

¿Por qué es tan importante esta sindicalización?

Amazon, compañía que ha recibido fuertes denuncias por sus malas prácticas laborales, enfrenta una ola de campañas sindicales en medio de un renovado activismo laboral en todo Estados Unidos. Cabe recordar que, en 2021, los trabajadores del almacén de Amazon en Bessemer, Alabama, votaron para organizarse, en unas elecciones manchadas por el cuestionamiento a la compañía por sus violaciones a las normas para la votación.

Otras compañías como Starbucks también se han enfrentado a la misma organización de trabajadores en sus franquicias. Esto se debe a que la pandemia impulsó el interés de los empleados a preocuparse por su seguridad.

Ahora que el mercado laboral ha sufrido un sacudón, debido al impacto que han tenido las políticas en la pandemia, como la asistencia que ha brindado el Gobierno a los ciudadanos, los trabajadores cuentan con mucha más influencia, lo que facilita las campañas de sindicalización. Aun así, menos del 7 % de los trabajadores del sector privado pertenecen a un sindicato.

No se observaba una victoria para los sindicatos de esta magnitud desde que los empleados de una planta de carne de Smithfield Foods en Carolina del Norte se sindicalizaron en 2008, de acuerdo con Politico.

“Cuanto más grande es el lugar de trabajo, más fácil es para el empleador dividir a los trabajadores o usar otras tácticas [antisindicales]”, dijo Stephanie Luce, profesora de la City. Escuela de Trabajo y Estudios Urbanos de la Universidad de Nueva York, a Politico.

Smalls ha dicho que se avecinan más votaciones en todo el territorio nacional. El activista está detrás de una campaña más en un almacén de Amazon más pequeño del parque industrial en Staten Island. La votación sobre la sindicalización de este almacén está programada para finales de abril.

Las malas noticias para Amazon no se detienen: el jueves, el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes anunció que abrirá una investigación sobre las políticas de seguridad de la compañía en relación con su preparación con los desastres naturales. En 2021, seis trabajadores de Amazon murieron luego de que un tornado arrasó con un almacén en Illinois. Se ha dicho que los empleadores no permitieron que la gente regresara a sus casas, pese a conocer la amenaza de tornado.