Donald Trump no quería que, en el futuro, el Gobierno estadounidense tuviera acceso a ningún documento redactado durante su mandato. El expresidente luchó para que esta información se mantuviera en secreto: su equipo no tomaba notas en encuentros oficiales y, bajo su orden, los miembros de su personal usaron rutinariamente aplicaciones que borran automáticamente mensajes de texto. Pero ahora, el Comité Selecto del 6 de enero ha tenido acceso a los papeles que develan algunos de los planes que tenía la anterior administración para impedir el reconocimiento de la victoria de Joe Biden.

En la última semana, dos publicaciones exhibieron los impactantes planes que tenía el entonces presidente republicano para permanecer en el poder. La primera, hecha por Politico, divulgó un decreto que fue redactado por el Gobierno Trump en el que se daba la orden de incautar las máquinas de votación en todo el país tras las elecciones, bajo la premisa de un supuesto fraude electoral que no se ha podido probar hasta ahora. Adicionalmente, se establecía que un abogado supervisaría dicha operación e iniciaría procesos legales para certificar a un ganador.

La segunda publicación fue hecha por la revista Rolling Stone, la cual tuvo acceso a unos correos electrónicos que envió Trump durante las elecciones de 2020. En ellos se observa que el republicano pretendía escanear los votos enviados por correo en el condado de Maricopa, uno de los más poblados del estado de Arizona, eliminar los “votos inválidos”, es decir, los destinados a su rival, y volver a certificar el conteo de los votos declarando a Trump como el “ganador legítimo”.

Confiscar Máquinas de votación

Pese a que no se sabe quién redactó la orden ejecutiva para incautar las máquinas de votación, un documento que nunca llegó a firmarse, se sabe que Trump se reunió con Sidney Powell, su abogada; Michael Flynn, su exasesor de seguridad; la exabogada de la administración de Trump, Emily Newman y el exdirector ejecutivo de Overstock, Patrick Byrne, para redactar el documento, de acuerdo con Politico.

El decreto indicaba que: “con vigencia inmediata, el secretario de Defensa incautará, recopilará, retendrá y analizará todas las máquinas, equipos, información almacenada electrónicamente y registros materiales”, de acuerdo con la AFP.

Asimismo, para sustentar la confiscación de estas máquinas de votos, dicho decreto menciona una serie de teorías conspirativas, las cuales no han sido corroboradas, que sugieren que dichas máquinas fueron alteradas. También indica que las elecciones de Georgia y Michigan fueron robadas.

El borrador de decreto ordenaba que el secretario de Defensa tenía 60 días para redactar una evaluación de las elecciones de 2020, cuyo propósito era justificar la permanencia de Trump en el poder hasta mediados de febrero de 2021, según Politico.

Junto a este decreto se encontró también el borrador de un discurso que Trump daría al día siguiente del asalto al Capitolio, titulado “sanación nacional”. En este, Trump diría lo siguiente:

  • “Me gustaría comenzar hoy abordando el atroz ataque que tuvo lugar ayer en el Capitolio de los Estados Unidos. Como todos los estadounidenses, estaba indignado y asqueado por la violencia, la anarquía y el caos. Inmediatamente, desplegué a la Guardia Nacional y a las fuerzas del orden público federales para asegurar el edificio y expulsar a los intrusos. Estados Unidos es, y siempre debe ser, una nación de ley y orden”, indicó.

Según medios locales, la afirmación de que Trump ordenó que la Guardia Nacional se dirigiera hacia el Capitolio podría ser falsa. Puesto a que el Comité que investiga este asalto emitió una carta en la cual explica que el entonces ministro de Defensa, Chris Miller, testificó bajo juramento “que el presidente nunca lo contactó en ningún momento el 6 de enero, y nunca le dio ninguna orden para desplegar la Guardia Nacional”.

Los comentarios de Trump en el discurso nunca publicado fueron muy distintos a los comentarios que hizo el mismo día de la insurrección. Trump, en aquella jornada expresó lo siguiente: “Tenemos que tener paz. Así que vete a casa. Te amamos. Eres muy especial. Has visto lo que pasa, ves la forma en que se trata a los demás que son tan malos y tan malvados. Sé cómo te sientes”.

No obstante, después de recibir una lluvia de críticas por no condenar la violencia ocurrida en el Capitolio, al día siguiente Trump emitió un discurso parecido a los comentarios del borrador que obtuvo el Comité. También condenó la violencia que sucedió en el Capitolio y pidió que los perpetradores rindan cuentas.

El documento concluyó con esto: “pero en cuanto a esta elección, el Congreso ahora ha certificado los resultados. La lucha electoral ha terminado. El 20 de enero se inaugurará una nueva administración. Mi enfoque ahora se centra en garantizar una transición de poder suave, ordenada y sin problemas. Este momento llama a la sanación y la reconciliación”.

Según este artículo de Politico, durante el último año las alocuciones de Trump sobre el ataque al Capitolio han sido muy distintas de los sentimientos expresados en ese documento que nunca se publicó. El expresidente continúa describiendo las elecciones como una “insurrección” y lo sucedido en el Capitolio como una “protesta”.

Votos en Arizona

La revista Rolling Stone pudo tener acceso a correos electrónicos enviados en diciembre de 2020. Esta fue una fecha crítica, ya que Trump y sus seguidores habían empezado a alegar que había ocurrido fraude en las elecciones y, por lo tanto, se deberían anular.

Los correos electrónicos demuestran cómo la administración de Trump presionó a varios legisladores para que aceptaran su plan de impedir que la elección de 2020 fuera certificada. Algunas comunicaciones demuestran que varios asesores de Trump, incluida la abogada de campaña Jenna Ellis y el asesor legal Bernie Kerik, estaban al tanto de la discusión. En estas, el equipo de Trump le expuso a los senadores de Arizona cómo hallar el presunto fraude, usarlo como evidencia y cuestionar el resultado favorable hacia Biden.

Hasta el momento, no hay evidencia que sugiera que hubo fraude en las elecciones de 2020. De hecho, se realizó una auditoria que volvió a certificar a Biden como el ganador. Además, varios jueces desestimaron las demandas que alegaban que hubo fraude en este estado al no encontrar pruebas que lo demostraran.

Los correos electrónicos fueron obtenidos por el grupo de vigilancia llamado American Oversight, y fueron otorgados a este citado medio. Varios de estos, cabe destacar, fueron escritos por Phil Waldron un coronel retirado del ejército que habría redactado la polémica presentación de PowerPoint titulada “Fraude electoral, interferencia extranjera y opciones para el 6 de enero”. Esta presentación mostraba el camino a seguir para detener la certificación de los resultados electorales y terminó en la bandeja de entrada del jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, otra figura central de las investigaciones.

De acuerdo con expertos en derecho electoral citados por Rolling Stone, todos estos procesos contribuyeron a que disminuyera la confianza en las últimas elecciones y se usara dicha investigación para hacer cambios legislativos en el futuro. La investigación continúa en curso, pero los demócratas cada vez tienen más armas para presentar un caso contra el expresidente por incitación a la insurrección y por tratar de impedir que el Congreso realizara sus tareas.