El verano será movido para los bomberos del oeste de Estados Unidos, a las puertas de una temporada de incendios forestales de alto riesgo con el agravante de la pandemia de covid-19, que los obliga a modificar sus estrategias para combatir el fuego. «Comparamos las cifras desde enero hasta el 10 de mayo: el año pasado tuvimos en California 675 incendios forestales; este año, hemos tenido 1.135, lo que representa un aumento de alrededor del 60%», alertó el gobernador de California, Gavin Newsom, la semana pasada. 

La situación es alarmante, ya que los incendios pueden alcanzar proporciones gigantescas en los grandes bosques de coníferas de la costa oeste. El llamado Camp Fire, por ejemplo, que devastó el norte de California en noviembre de 2018, afectó un total de 600 km2, seis veces el área de París. Entre otras zonas, azotó la pequeña ciudad de Paradise, donde mató a 86 personas y destruyó el 90% de las edificaciones. 

Pero ¿cómo combatir el fuego respetando el distanciamiento social? Para grandes incendios, «los campamentos son del tamaño de una pequeña aldea; puede haber más de 1.000 bomberos y personal de apoyo logístico en un solo lugar», dijo a la AFP Kerry Greene, especialista en emergencias y portavoz del Centro Nacional de Coordinación de Agencias contra Incendios. 

«Cafetería, duchas, dormitorios… hay mucha gente yendo y viniendo al campamento si se agregan las entregas diarias, la recolección de basura y ese tipo de cosas», dijo. Lo que antes era seguro ahora representa las condiciones ideales para la propagación de la covid-19.

Bajo el liderazgo del Centro de Coordinación, los bomberos de todo Estados Unidos piensan cómo adaptarse a los cambios necesarios en el terreno.  «Los grandes campamentos ya no serán la norma como en el pasado», dijo Greene. 

Acción «agresiva» 

Una recomendación es establecer pequeños grupos de intervención, de 10 a 20 personas como máximo, denominados «módulos» y diseñados en base a un modelo familiar. «La idea es que pasen toda la temporada juntos», como solía ser en el pasado, pero «mezclándose lo menos posible con los otros módulos», explicó Greene. 

La covid-19 también tendrá un impacto directo en las técnicas de lucha contra incendios forestales. Los equipos de rescate adoptarán un enfoque denominado «agresivo», que favorecerá la acción rápida y el uso de bombarderos de agua. «Apagaremos los incendios lo más rápido posible (…) Si los contenemos desde el principio, protegeremos al público y a nuestros bomberos», dijo Thom Porter, jefe de bomberos de California. 

El rescate también se adaptará a las restricciones de la pandemia en el caso de la evacuación de miles de personas ante el avance de las llamas, como ocurre cada año. 

«Estamos considerando una separación de los centros de evacuación, quizás (contagiados de) covid por un lado y no covid por el otro; la posibilidad de poner a los evacuados en habitaciones individuales de hotel en lugar de en los dormitorios o gimnasios escolares como hacemos habitualmente», dijo Mark Ghilarducci, director de servicios de emergencia de California. 

Usar mascarilla, desinfectar superficies, pararse a dos metros de sus colegas, son recomendaciones que algunos bomberos ven difíciles de aplicar en momentos críticos y peligrosos.  «Es muy difícil implementar estas prácticas en la primera línea», escribió Shawn Faiella, líder del equipo de respuesta en el Bosque Nacional Lolo, Montana, en un sitio web para bomberos.  «Sé que no es una situación normal, pero estamos poniendo una carga sobre los hombros de nuestros equipos incluso antes de llegar» al evento, dijo. 

Los organismos de coordinación de emergencias ya saben que los equipos en el terreno no siempre tendrán una opción acorde a lo sugerido. En ese sentido, Kerry Greene señaló que «los bomberos harán todo lo posible para seguir las recomendaciones de salud, pero en algunos casos no podrán hacerlo mientras combaten incendios de manera segura».