Fuerzas gubernamentales sirias y rebeldes se enfrentaban en intensos combates este domingo en las cercanías de Damasco a una semana del inicio de las negociaciones de paz, que contarán con la participación de la oposición política.

Entretanto, el grupo yihadista Estado Islámico (EI) ganaba terreno frente a las tropas de Bashar al Asad en la región de Deir Ezzor, en el este del país, donde el sábado lanzó una gran ofensiva.

A unos 15 km de Damasco, en la región de Wadi Barada, zona crucial en el suministro de agua a la capital siria, al menos siete civiles murieron y otras 20 personas resultaron heridas en bombardeos del régimen en la localidad de Deir Qanun, informó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), que describió el ataque como el más mortífero en esta región desde la entrada en vigor de la tregua el 30 de diciembre.

A pesar de esta tregua, en la región de Wadi Barada se producen enfrentamientos desde hace varias semanas.

Omar al Shami, portavoz del comité de medios de Wadi Barada, afirmó que los bombardeos impactaron un refugio temporal donde había mujeres y niños desplazados.

Este grupo activista publicó fotos presentándolas como consecuencia del ataque, en las que se podía ver el suelo recubierto de sangre y cuerpos envueltos en mantas.

Acuerdo anulado

Wadi Barada alberga la principal planta de suministro de agua a la capital, dañada por los combates. Los 5,5 millones de habitantes de Damasco y su región son víctimas desde entonces de una importante escasez de agua desde el 22 de diciembre.

Los enfrentamientos entre rebeldes y fuerzas del régimen se recrudecieron el sábado por la noche tras el asesinato de un responsable del gobierno que negociaba para restablecer el suministro de agua hacia la capital.

Su muerte anuló el acuerdo concluido el viernes entre el régimen y los insurgentes que tenía que permitir reparar las daños en las infraestructuras hidráulicas, precisó Shami, agregando que los equipos de técnicos del gobierno habían abandonado Wadi Barada sin haber efectuado las reparaciones.

Estos nuevos combates se producen al mismo tiempo que está vigente una tregua, auspiciada por Rusia, aliada de Bashar al Asad, y Turquía, que apoya a los rebeldes, preludio de unas negociaciones entre el régimen y la insurgencia, previstas el 23 de enero en Kazajistán.

El sábado, el Alto Comité para las Negociaciones (HCN), que agrupa gran parte de la oposición siria, afirmó que apoya estas negociaciones, impulsadas por Rusia, Turquía e Irán.

A este encuentro, le seguirán las discusiones intersirias en Ginebra en febrero, apadrinadas por la ONU, para intentar poner fin a una guerra que ha causado más de 310.00 muertos en casi seis años de conflicto.

120 bombardeos

En el este del país, el EI seguía el domingo avanzando frente a las fuerzas del régimen en la región de Deir Ezzor, acercándose al aeropuerto militar de la ciudad, a pesar de la intensa campaña de bombardeos de la aviación siria, junto a disparos de artillería.

Según el OSDH, el régimen efectuó más de 120 ataques aéreos contra posiciones yihadistas desde el sábado por la mañana. El sábado, estos ataques mataron a cinco civiles en Deir Ezzor, entre ellos dos mujeres y dos niños.

El grupo yihadista sunita controla la mayor parte de la provincia de Deir Ezzor y conquistó en 2014 amplios sectores de la ciudad homónima. Desde enero de 2015 mantiene bajo asedio los barrios aún controlados por el régimen, situados en el oeste, donde viven unas 100.000 personas según la ONU.

La organización radical está excluida del acuerdo de tregua, así como el Frente Fateh al Sham.