El humorista Jimmy Morales, quien al principio de su campaña era un completo desconocido, hoy está cerca de ser el presidente de Guatemala. Morales debe su popularidad, en parte, al escándalo de corrupción que abruma al exmandatario Otto Pérez, involucrado en el desvío de dinero de los impuestos desde una red bautizada La Línea. El desencanto por la política tradicional (y los candidatos de siempre) fue un elemento a favor de su aumento en los números, lo que le permitió ganar la primera vuelta en septiembre con el 23,99 % de los votos. Mientras Pérez y su exvicepresidenta, Roxana Baldetti, están en prisión preventiva, Morales despega: según una reciente encuesta, ejecutada por la empresa Pro Datos y divulgada por el diario Prensa Libre, el candidato del Frente de Convergencia Nacional tiene 67,9 % de intención de voto, frente al 32,1 % de su directa oponente, Sandra Torres, candidata de la Unidad Nacional de la Esperanza. Ambos se han comprometido a luchar contra la corrupción. La consecuencia de hacer lo contrario ya es palpable: fue la desazón popular la que obligó a Pérez a dimitir con la cabeza gacha.

Morales, “un simple comediante”

El triunfo de Jimmy Morales en la primera vuelta electoral en Guatemala no causó lo que la mayoría de sus intervenciones: risa. Durante más de 15 años, Morales, conocido como el “Neto” se hizo una figura popular por un programa de humor llamado “Moralejas”, en el que interpretaba a un vaquero que quería ser presidente. Desde ahí este evangélico, licenciado en Administración de Empresas y profesor en Teología se convirtió en el favorito para convertirse en el próximo presidente de Guatemala. Según analistas, Morales logró pasar a la segunda vuelta electoral porque supo canalizar la indignación causada en el país por el escándalo de corrupción que envolvió al expresidente Otto Pérez. Su lema de campaña ha sido “ni corrupto, ni ladrón” y con él se ha ganado el apoyo de buena parte de los guatemaltecos, que el domingo lo elegirán como nuevo presidente de Guatemala, según la mayoría de encuestas.

Esto, a pesar de su inexperiencia en el sector político. Morales nunca ha ocupado un cargo público y durante la campaña confesó que no tiene un plan de gobierno claro. Su hermano Sammy salió en su defensa: “Es un comediante… Un simple comediante que puso a toda la clase política a temblar y a invertir millones de quetzales y todo tipo de recursos para desacreditarlo y para bajarlo de la moto”, escribió en su cuenta de Facebook, de acuerdo con la AFP.

El currículum político de Morales se remonta a las elecciones del 2011, cuando fue candidato a la alcaldía de Mixco por el extinto partido ADN. Más allá de ello, lo más cerca que ha estado del poder es su actuación en la película “Un presidente de a sombrero”, en la que su personaje se postula a la presidencia, sin éxito.

Con propuestas como instalar un GPS a los maestros del país para verificar si están dando clase, o decir que la pena de muerte puede evitar más violaciones, Morales toma distancia de su rival en las urnas, la exprimera dama Sandra Torres.

Morales dice que pertenece a la nueva generación de la política. Sin embargo, enfrenta una serie de críticas por el pasado del partido FCN-Nación, donde milita, ya que fue fundado en 2008 por militares retirados que grupos de derechos humanos vinculan a crímenes cometidos en la guerra civil guatemalteca. En su página de internet señala, sin embargo, que los exmilitares de la dirigencia del partido no están con él.

Su aspiración más alta, según ha dicho, es “que dentro de cien años en las aulas escolares se enseñe que Jimmy Morales fue el mejor presidente de la historia guatemalteca”.

Sandra Torres y la lucha de las mujeres

Nació en el departamento de Petén, uno de los más pobres de Guatemala. Es licenciada en ciencias de la comunicación en la Universidad de San Carlos de Guatemala, aunque su enfoque ha sido siempre la ciencia política. Entre sus curiosidades está que el acercamiento con las comunidades indígenas la llevó a estudiar el Quiché, uno de los 22 idiomas mayas que más se hablan en el país.

En los años noventa ingresó en la política partidaria, incidiendo en la participación de las mujeres en los partidos políticos, especialmente en las esferas de decisión. Junto a su exesposo, el expresidente Álvaro Colom Caballeros, y varios profesionales guatemaltecos, formó la Unidad Nacional de la Esperanza, partido que ganó la presidencia y obtuvo la mayoría de puestos parlamentarios en el 2007. Dentro de ese partido, Torres fundó la Coordinadora Nacional de la Mujer, donde actualmente están afiliadas más de 30.000 mujeres Guatemaltecas Indígenas, ladinas, garífunas y xincas. En ese partido también promovió la Ley contra el Feminicidio y la Ley de Paternidad Responsable, ambas aprobadas por el Congreso en 2008.

Durante el gobierno de Álvaro Colom (2008-2012), como primera dama Sandra Torres apoyó el Consejo de Cohesión Social, un espacio que vela por las políticas y programas sociales. De Torres se dice que, por haber nacido en uno de los municipios más lejanos y marginalizados del país, su enfoque político tiene un fuerte componente social y humano. Desde el Consejo Cohesión Social impulsó políticas sociales, intervenciones de calidad y cobertura del Estado, principalmente en Educación, Salud, Seguridad Alimentaria y Nutricional y Sostenibilidad económica a mujeres de comunidades rurales.

Torres es candidata por el partido UNE, el cual ella preside. Entre sus principales propuestas de gobierno está lograr un gran acuerdo nacional conformado por cuatro ejes: solidaridad, desarrollo económico, seguridad democrática y justicia con un gobierno eficaz y transparente. Planea implementar programas sociales más ambiciosos e implementar la Secretaría de la Transparencia para luchar contra el fenómeno de la corrupción e su país.