Muchos líderes urgieron esta semana en la ONU a reformar y ampliar el Consejo de Seguridad, un reclamo lanzado hace 15 años. Pero las chances de modernizar esta “antigüedad” fundada hace tres cuartos de siglo son prácticamente nulas, estiman expertos.

Ampliar el Consejo al G4 incorporaría a Brasil, la mayor economía latinoamericana y el país más poblado de la región, a Alemania, la mayor economía europea, a India, la segunda nación más poblada del mundo, y a Japón, la segunda economía más desarrollada del mundo y gran contribuyente de la ONU. La reforma “es indispensable para que el Consejo de 15 escaños sea más representativo, legítimo y efectivo”, dijeron el miércoles los cancilleres de estos cuatro países, tras una videoconferencia virtual a puertas cerradas al margen de la 75ª Asamblea General de la ONU.

“Obsoleto”

La posibilidad de reforma del Consejo “es prácticamente inexistente”, dijo a la AFP Andrew Bacevich, profesor emérito de Relaciones Internacionales de la Universidad de Boston. “Y la razón es que la propuesta, que tiene sentido en muchos aspectos, llama a los cinco miembros permanentes a perder poder, a perder estatus. No puedo imaginarme por qué alguno de ellos hallaría esa perspectiva agradable”, señaló.

Los miembros permanentes del Consejo, con poder de veto, son Estados Unidos, Rusia, Francia, Gran Bretaña y China, y el Consejo actual “sirve sus intereses”, aunque sea “una antigüedad”, indicó el experto. A instancias de Níger, el Consejo de Seguridad debate este jueves en una videoconferencia el futuro de la gobernanza mundial en un mundo postpandemia.

“Esta pandemia es una señal de alarma para otras catástrofes aún más graves que podrían ocurrir, empezando por la crisis climática. Si respondemos con la desunión y la desorganización de la cual hemos sido testigos este año, me temo lo peor”, declaró el jueves el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

Sobre la pandemia de covid-19, las crisis en Siria, Yemen o Libia, las grandes potencias no logran muchas veces ponerse de acuerdo, dificultando la cooperación internacional y la resolución de grandes conflictos. Sin reforma, “se perpetuará la relativa ineficiencia del Consejo de Seguridad”, anticipó Bacevich.

El G4 también busca ampliar la cantidad de miembros no permanentes del Consejo, que son 10, tienen un mandato de dos años y carecen de derecho de veto. Alemania es actualmente miembro no permanente hasta fin de año, e India debe asumir un escaño en enero. México, otro impulsor de la reforma, regresó en junio al Consejo como miembro no permanente tras una década de ausencia.

Si no hay reforma, el Consejo se volverá “obsoleto”, alertó el G4. La mayoría de los 193 Estados miembro de la ONU apoyan una reforma desde 2005, pero las negociaciones se han estancado.

“Una sola voz”

Varios líderes africanos, asiáticos, europeos y latinoamericanos expresaron la necesidad de reforma en la Asamblea. “La reforma de nuestra seguridad colectiva no puede posponerse más. Esto significa que el principal órgano encargado del mantenimiento de la paz y la seguridad internacional tiene que ser más democrático, representativo, responsable y transparente”, dijo en su discurso el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado.

“Un Consejo capaz de superar sus profundas divisiones internas, para trabajar unido con una sola voz”, señaló tras recordar que los cinco miembros permanentes son los principales productores de armas del mundo.

Como México y otros países, Costa Rica quiere que la reforma obligue a convocar a la Asamblea General cuando el Consejo discuta casos de genocidio, crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra y haya un veto.

El presidente chileno Sebastián Piñera, en tanto, dijo que el Consejo “ya no responde a las necesidades ni a los desafíos de los tiempos actuales”, y reclamó “que sea más representativo de los diferentes continentes, incluyendo América Latina, África o Asia”. Desde 2005 África reclama al menos dos escaños permanentes en el Consejo, pero no se ha puesto de acuerdo sobre qué países los ocuparían.

“Todas las regiones del mundo, incluida África, deben estar representadas de manera equitativa. Hay que aumentar la cantidad de escaños permanentes y suprimir el derecho de veto o ampliarlo a los nuevos miembros permanentes para asentar la democracia”, dijo el jueves el presidente de Níger, Issufu Mahamadu, en una reunión del Consejo sobre la gobernanza mundial. “Tenemos que ser arquitectos de una nueva ‘casa común’”, señaló en su discurso el presidente argentino Alberto Fernández. “Precisamos una ONU 4.0”.