Unas 145 reclusas, de una total de 230, se escaparon de la única prisión para mujeres de Haití en la comuna de Cabaret, a 26 kilómetros de Puerto Príncipe. La fuga se registró el jueves de la semana pasada, minutos después de un ataque armado contra los agentes de seguridad de la zona. El portal Haití Libre confirmó esta semana que 143 personas siguen fugitivas. Tras los hechos, tres mujeres fueron recapturadas por la Policía Nacional de Haití (PNH)

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“La situación está confirmada”, dijo Pierre René, funcionario penitenciario de la Policía Nacional de Haití, al Miami Herald el jueves por la tarde. “Hay una gran tensión en la prisión”. El mismo medio informó que un oficial resultó herido, y al menos una reclusa murió en los hechos.

La subestación de policía cercana en Titanyen respondió al incidente, según datos del Herald, sin embargo, mientras los oficiales estaban en camino, pandilleros del barrio Canaan atacaron la comisaría y le prendieron fuego. Las pandillas bloquearon el camino a la prisión y dispararon a las autoridades. “Los bandidos disparan en dirección a los policías que se dirigen a la prisión. Me dicen que policías fueron alcanzados a balazos”, informó un agente de la PNH al medio local Le Nouvelliste.

Crisis en las cárceles de Haití

Desde hace meses, los activistas y organizaciones de derechos humanos advirtieron que decenas de reclusos han muerto de hambre en las prisiones de Haití. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sostuvo en junio de este año que, de enero a abril, se documentaron en las cárceles del país al menos 54 muertes que estaban relacionadas con desnutrición.

Nathalie Broadhurst, representante permanente adjunta de Francia ante la ONU, comentó el 16 de junio que “las prisiones haitianas están superpobladas y en ruinas, sin agua ni servicios básicos, y el sistema judicial, por falta de recursos, falla y no puede investigar el asesinato del presidente Jovenel Moïse”, comentó.

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Se supone que, por ley, las cárceles del país deben proporcionar a los reclusos agua y dos comidas al día, que suelen ser un plato de arroz con pescado o algún tipo de carne, según datos de The Guardian. Sin embargo, en los últimos meses, las personas privadas de la libertad dependen de sus amigos o familiares para obtener agua y comida.

De hecho, de acuerdo con el Miami Herald, algunos activistas habían anticipado algún tipo de fuga dentro del sistema penal del país, justamente por la falta de alimentos, agua potable y las enfermedades que se propagan dentro de las cárceles superpobladas. “La prisión de mujeres en Cabaret, donde en algunos casos se recluía a mujeres con sus bebés, había llegado a depender de organizaciones de base y una iglesia local para obtener provisiones”, se lee en la publicación del diario estadounidense.

La violencia en Haití

“Cada vez es más difícil mover personas y suministros de manera segura dentro o fuera de Puerto Príncipe, ya que las pandillas se vuelven más audaces y controlan casi todas las rutas”, comentó Lunise Jules, directora de país de Mercy Corps para Haití.

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El número de pandillas creció exponencialmente durante el último año, rodeando la capital de Haití y obligando a las familias a huir. “Según la Red de Defensa de los Derechos Humanos, había 90 pandillas en el país en 2021. Ahora, según la Fundación “Je Klere”, una organización de vigilancia ciudadana sin fines de lucro, ese número aumentó a 150, incluidas 92 pandillas en Puerto Príncipe”, dice un informe de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.

Entre enero y junio, 934 personas fueron asesinadas, 684 heridas y 680 secuestradas en toda la capital debido a la violencia de las pandillas.