Sobre el peronismo en Argentina se suelen escuchar muchas cosas. A través de los años, el legado del expresidente Juan Domingo Perón ha sido secuestrado por diferentes corrientes políticas. Algunos lo colocan a la izquierda del espectro ideológico. Otros, por lo contrario, lo consideran un movimiento de derechas. De hecho, analistas argentinos han dicho que el peronismo es tan complejo que no puede ubicarse en ninguno de estos dos bandos.

Esta dificultad para interpretar al peronismo, que por años ha marcado la política argentina, se ha hecho evidente de nuevo este mismo martes, tras el anuncio del presidente Mauricio Macri de su fórmula vicepresidencial. El mandatario, neoliberal y de derechas, que nunca se ha considerado un peronista, eligió a un hombre que por años defendió las ideas de Perón desde la izquierda.  

«Necesitaremos construir acuerdos con mucha generosidad y patriotismo donde todos los argentinos que compartan estos valores aporten desde su lugar. Por todo esto quiero anunciarles que Miguel Ángel Pichetto me acompañará como candidato a vicepresidente de la Nación», escribió Macri en Twitter.

El senador Pichetto era jefe del opositor bloque justicialista (peronista), el más numeroso del Senado de Argentina. Legislador desde el 2001, durante un tiempo, apoyó las políticas de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015).

Abogado de profesión, el político nacido en la provincia de Buenos Aires en 1950 es uno de los referentes en los últimos años del Partido Justicialista (PJ), aunque ha dejado latente su distanciamiento con los sectores más a la izquierda del movimiento como el que lidera la expresidenta Cristina Fernández (2007-2015).

Muestra de ello fue su ausencia en la reunión de la cúpula del PJ del pasado mayo en la que, además de Fernández, referentes de la izquierda como el exvicepresidente Daniel Scioli o el influyente sindicalista Hugo Moyano reafirmaron su intención de conformar un frente común contra el Gobierno de Macri.

La elección de Pichetto como fórmula de Macri sorprendió a todos en Argentina, sobretodo a los de su mismo partido. Varios dirigentes peronistas manifestaron su rechazo a la candidatura del que hasta hoy fue líder de la oposición. «Obviamente es una traición hacia el movimiento y todos los compañeros», dijo el senador y número dos del bloque peronista en la Cámara Alta, José Mayans, en declaraciones al programa radiofónico «Crónica Anunciada».

«La decisión del Senador Miguel Ángel Pichetto de acompañar a Mauricio Macri en la fórmula presidencial es peor que una traición. Representamos a la oposición, a los trabajadores, a las miles de familias que hoy están atravesando momentos muy complicados en la Argentina. No somos el neoliberalismo, no somos la banca internacional ni los grandes sectores concentrados de riqueza; el peronismo es otra cosa», escribió por su parte.

Sin embargo, para Mayans hace rato Pichetto se estaba comportando como “un infiltrado del oficialismo”. Desde su posición como parlamentario, el candidato vicepresidencial apoyó varias iniciativas del gobierno Macri y su coalición Cambiemos, entre las que destaca su voto a favor de los presupuestos que el Ejecutivo consiguió sacar adelante en el Congreso a finales de 2018 gracias al apoyo de parte del peronismo.

No obstante, para algunos analistas como Andrés Malamud, politólogo y columnista del diario LA NACIÓN, Macri se anotó lo que coloquialmente se conoce como un “gol” político, pues consiguió hacerse con el apoyo de los tapados del peronismo, que parecen pocos, pero no lo son.

“Macri conquistó el apoyo encubierto. Aunque muchos gobernadores harán campaña por los Kirchner, la mayoría estaría más cómoda en un gobierno de Macri y Pichetto. Por eso, la gobernabilidad del segundo mandato está asegurada; sólo falta asegurar el segundo mandato”, opina Malamud en LA NACIÓN.

De acuerdo con el analista, Macri se hizo con un político parecido a Frank Underwood, personaje inmortalizado por el actor estadounidense Kevin Spacey en la exitosa serie de Netflix “House of Cards”. Difícil de leer y con posturas que a veces contradicen su posición ideológica, Pichetto está más cerca de la política tradicional. En términos ideológicos, el senador aporta un combo infrecuente. Tiene un discurso duro sobre la inmigración, pero viste el pañuelo verde del aborto legal. Es el peronista más crítico de Cristina, pero la defendió de la cárcel.

De su larga actividad política destaca eso que los analistas suelen llamar «cintura», la capacidad de conjugar valores peronistas como «generar empleo», según sus propias palabras de hoy a la prensa, con posicionamientos más cercanos a grupos de derecha como la apuesta por un modelo «capitalista» y «productivo». Fueron estas ideas en común con el bloque oficialista las que hicieron que el exdiputado nacional entre 1993 y 1997 aceptara «sin titubeos» la propuesta de Macri.

De hecho, el anuncio de Macri terminó generando un fenómeno económico positivo que los diarios locales han denominado como «Efecto Pichetto», el cual que provocó una subida de precios en las acciones y los bonos, una reducción del valor del dólar y un notable retroceso en el índice de riesgo país.

«La muy positiva lectura que desató ayer en los activos domésticos el ‘efecto Pichetto’ continuó teniendo repercusiones positivas en la rueda de hoy, ya que los inversores se entusiasman por las mayores chances electorales que dicha jugada otorgaría al oficialismo», observó el economista Gustavo Ber, del Estudio Ber.

El otro efecto colateral, que quizás Macri sí tenía calculado, fue el de desestabilizar al principal grupo de la oposición en el Congreso, que ahora deberá decidir si permanece unido o forma un nuevo interbloque. El temor de que haya más legisladores como Pichetto dentro de sus filas ha aumentado dentro del PJ, que el próximo martes definirá el rumbo a seguir y a su nuevo presidente.