Tal como se venía pronosticando en días anteriores, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, retiró a su país del pacto nuclear de 2015 que establecía mecanismos para evitar que Irán desarrolle un armamento nuclear. Tras el anuncio, el mandatario informó del inmediato restablecimiento de sanciones contra el gobierno de Teherán, quien, pese a la noticia, declaró que continuará en el acuerdo si se garantizan sus intereses.

“Debemos ser pacientes para ver cómo los otros países reaccionan”, dijo Hasan Rohaní, presidente de Irán. Además, el mandatario anunció que tomarán decisiones más adelante si los demás miembros del pacto anuncian su retirada. Los gobiernos que permanecen en el acuerdo son Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania. Algunos de los representantes de estos países se reunieron con Trump para persuadirlo de abandonar el acuerdo, sin embargo, sus reuniones no fueron eficaces como ellos mismos anunciaron.

El presidente estadounidense dijo que mantuvo consultas con «aliados y asociados alrededor del mundo» entre los que mencionó a Francia, Alemania y el Reino Unido. Desde la perspectiva de Trump, el acuerdo firmado con Irán es “defectuoso en su origen”, además, el presidente declaró que si no se hacía nada sabía “exactamente qué ocurrirá”. “En realidad es un acuerdo horrible unilateral, que no tuvo que haberse firmado nunca. No aporta calma. No aporta paz. Y nunca lo hará», aseguró el mandatario.

Tras el retiro, muchos temen un efecto dominó entre las demás naciones que integran el acuerdo. Estas son las principales consecuencias que puede traer la salida de Estados Unidos del acuerdo.

Sanciones de Estados Unidos

A cambio de los compromisos asumidos por Teherán, Washington suspendió sus sanciones relacionadas con el programa nuclear iraní. Pero la ley estadounidense requiere que el presidente se pronuncie sobre la renovación de esta suspensión cada 120 o 180 días, según el tipo de medidas punitivas.

El sábado se vence la suspensión de algunas sanciones, dirigidas contra el Banco Central iraní y los ingresos petroleros de Teherán. El levantamiento del grueso de las sanciones permanece no obstante vigente hasta mediados de julio, lo que le da a Trump varias posibilidades.

Trump puede restablecer todas las sanciones levantadas en el marco del acuerdo de 2015. Incluso agregar nuevas. Sería una forma de «destrozar» el texto, probablemente empujando a Irán a considerarse desligado de sus compromisos.

Por otro lado, Trump puede confirmar el levantamiento de las sanciones. Aunque es el escenario menos probable, si Trump quisiera dar una oportunidad a la iniciativa francesa de un «nuevo acuerdo» con Irán, podría posponer el ultimátum, al menos hasta ese otro plazo de mediados de julio.

Las consecuencias

Los estados restantes

Los europeos dijeron que permanecerán en el acuerdo incluso con la ausencia de los estadounidenses. Pero los diplomáticos están preocupados por lo que harán las empresas del Viejo Continente: si, asustadas por la incertidumbre y la amenaza de las sanciones estadounidenses, deciden abandonar Irán o congelar sus inversiones, esto podría endurecer la reacción iraní.

Los expertos también están analizando una decisión que a primera vista es técnica, pero está potencialmente cargada de consecuencias: ¿Trump también restablecerá las disposiciones que castigan a las empresas europeas o asiáticas que hacen negocios con entidades iraníes? También de esto depende la reacción de los europeos y, al final, de los iraníes.

Irán y el el mecanismo de resolución

Los líderes iraníes han emitido señales contradictorias, entre el apego al texto incluso en ausencia de Estados Unidos y la amenaza de un relanzamiento «acelerado» del programa nuclear. El tono se ha endurecido en las últimas semanas, llegando a la promesa de una retirada iraní en caso de que Estados Unidos se vaya. Si el acuerdo de 2015 se rompe, los inspectores internacionales ya no tendrán el mismo poder de verificación.

El acuerdo prevé un «mecanismo de resolución de disputas». Si Irán lo sigue, indicaría su voluntad de no cerrar la puerta de inmediato. La comisión de seguimiento del acuerdo, que incluye a todos los signatarios, examinaría la crisis, posiblemente a nivel de cancilleres, y luego, a falta de solución, se pasaría a un comité de tres árbitros. Esto daría lugar a casi dos meses de negociaciones antes de que Irán decida, eventualmente, juzgar sus compromisos como caducos.