Otros países al enfrentar el fenómeno migratorio que vive Colombia se hubiesen sumido en una profunda crisis, pero paradójicamente Colombia, que no es una potencia internacional como Alemania o Estados Unidos, ha logrado hasta el momento gestionar con unos mínimos niveles dicho fenómeno.

Por lo menos dos particularidades de nuestro país han ayudado a controlar los efectos de la migración: la capacidad instalada de la sociedad civil organizada y la flexibilidad de una economía informal que supera el 50%.

La primera paradoja, la capacidad instalada de la sociedad civil organizada. Colombia al ser un país víctima de uno de los conflictos armados más prolongados del mundo, también contó con procesos que llevaron a las ONG, sociedad civil, grupos religiosos, entre otros, a crear estructuras de atención a desplazados y población en riesgo.

Muchas de esas estructuras y organizaciones fueron las que primero se transformaron para dar atención a la población inmigrante, resolviendo inicialmente numerosos problemas de un Estado poco preparado para afrontar dicha crisis humanitaria. Lo cual nos diferencia con vecinos como Perú o Panamá que tienen menor capacidad estatal y su sociedad está menos preparada.

La segunda paradoja, son los altos niveles de informalidad que tiene nuestro país. Esto permite que un venezolano en condición de irregularidad pueda acceder en Colombia a recursos para tramitar su permanencia y/o tránsito, lo cual resultaría imposible en economías más rígidas.

Dicho problema inherente a la economía nacional, la informalidad, ha permitido que la llegada de venezolanos no genere presiones desproporcionadas en el sistema económico colombiano.

Pero de la misma manera como algunas paradojas colombianas han facilitado la gestión, otras representan grandes problemas, riesgos y amenazas.

La presencia y actuación de actores al margen de la ley: bandas criminales, delincuencia organizada, grupos guerrilleros, entre otros, ponen en riesgo la vida e integridad de los inmigrantes venezolanos. Dichas estructuras se están aprovechando de la vulnerabilidad de esa población para instrumentalizar sus necesidades.

Es fundamental trabajar en procesos de integración social para evitar que problemas estructurales del Estado colombiano se potencialicen con el fenómeno migratorio, razón por la cual el Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario presenta el informe Retos y oportunidades de la Movilidad Humana en la Construcción de una política Migratoria Colombiana el cual será entregado al Canciller de la República, a Migración Colombia y a las diferentes agencias multilaterales que trabajan el tema, el 2 de octubre y estará disponible para el público en la página de la Fundación Konrad-Adenauer-Stiftung -KAS-.

@ronalfrodriguez y @MariaCRobayo Investigadores del Observatorio de Venezuela @OV_URosario de la Universidad del Rosario @URosario La opinión contenida es de entera responsabilidad de los autores.