El 19 de junio de 1865 marcó la etapa final de la esclavitud en Estados Unidos. Aunque el presidente Abraham Lincoln ya había proclamado la liberación de los esclavos dos años antes de esa fecha, no fue sino hasta entonces que se convirtió en una realidad para todos. Ese día en Texas, el último estado confederado en rendirse ante el Ejército de la Unión que defendía la liberación de los afroamericanos esclavizados, el general Gordon Granger proclamó que todos los esclavos del estado sureño eran ahora libres.

Un año después de la proclamación de Granger se celebró el primer feriado a nivel estatal para conmemorar el fin de la esclavitud, el cual fue bautizado con el nombre de Juneteenth por la unión de las palabras ‘junio’ y ‘diecinueve’ en inglés. Pronto, el festejo se extendió a todo el país de manera anual. Pero, aunque es un evento de gran magnitud, solo hasta este año adquirió notoriedad tanto a nivel local como internacional.PUBLICIDAD

Hasta hace algunas semanas, muchos estadounidenses de todo tipo de sectores, blancos, negros, latinos o asiáticos no conocían lo que estaba detrás de esta fecha. Sin embargo, el Juneteenth de 2020 está hoy en boca de todos en Estados Unidos debido a la tensión que se vive en el país por el asesinato del afroamericano George Floyd a manos de la policía el pasado 25 de mayo. Esta es la razón por la que la conmemoración de este año se ha hecho tan importante y esté cargada de tanto simbolismo, pues a pesar de que han pasado 155 años desde que se abolió la esclavitud, la comunidad afro en el país continúa luchando contra la opresión de las autoridades estatales y la desigualdad de derechos, como se demostró con la muerte de Floyd.

Por otro lado, el presidente estadounidense, Donald Trump, también contribuyó a que el Juneteenth se populariza en las últimas semanas, pero no precisamente por razones positivas. A principios de junio, cuando la muerte de Floyd aún estaba fresca, el mandatario y candidato a la reelección quiso correr uno de sus eventos de campaña para el 19 de junio en Tulsa, Oklahoma. Sus críticos señalaron que se trataba de una jugada política vil que buscaba generar aún más convulsión entre afroamericanos y blancos en el país, pues fue allí en Tulsa donde ocurrió una de las más grandes masacres de afroamericanos a manos de blancos.PUBLICIDAD

Celebrar su regreso a los eventos de campaña en esa ciudad y en esta fecha simplemente era, según los analistas locales, otra manera del presidente de irrespetar la historia de la comunidad afrodescendiente y opacar una de sus más importantes conmemoraciones. Algunos críticos de Trump, como la senadora Kamala Harris, apuntaron a que con ello el presidente estaba tratando de unir a su base electoral de votantes blancos a nivel nacional. Y no es la primera vez que sucede en esta campaña.

“La presidencia de Trump se ha visto empañada por una serie de casos similares, varios de ellos recientes. Trump anunció el retroceso de los derechos de atención médica LGBTQ en el cuarto aniversario de la masacre de Pulse, cuando un hombre armado mató a 49 personas en un club nocturno gay en Orlando, Florida. También va a aceptar la nominación del Partido Republicano en el 60 aniversario del “Axe Handle Saturday” en Jacksonville, Florida, cuando activistas de derechos civiles y manifestantes fueron atacados por turbas blancas que manejaban hachas y bates de béisbol. Los líderes y activistas en estas comunidades ven la elección de estas fechas y horas como gestos simbólicos hacia la base electoral de Trump”, opina Joshua Adams de la cadena NBC.PUBLICIDAD

Trump se vio obligado a desistir y cambiar la fecha de su mitin, el cual se realizará ahora este sábado 20 de junio. Pero el debate fue suficiente para cumplir con su objetivo y enviarle un mensaje a su base electoral. Una vez más, el mandatario irrespetó a la comunidad afro. Él mismo reconoció que desconocía de qué se trataba la fecha, a la vez que alegó que gracias a él ahora era “famosa”.

El presidente tiene algo de razón al señalar que el Juneteenth era un feriado desconocido. También es un tanto hueco, para algunos expertos. Pues trata de festejar la abolición de la esclavitud como si hubiera sido un regalo divino, cuando en realidad se trató de uno de los episodios más oscuros del país.

“Existe una paradoja inherente al hecho de que la emancipación se celebra principalmente entre los afroamericanos, y que la celebración se basa en una percepción de la esclavitud como algo que les sucedió a los negros, en lugar de algo que el país cometió. La paradoja se basa en la presunción de que la llegada de la libertad debe ser recibida con gratitud, en lugar de con la autorreflexión sobre lo que permitió que se privara en primer lugar. La emancipación es un marcador de progreso para los estadounidenses blancos, no los negros. Trump, al planear ir a Tulsa para el 16 de junio, no estaba trolleando a los negros. Estaba trolleando la Constitución de los Estados Unidos”, concluye Jelani Cob, colaborador de The New Yorker.PUBLICIDAD

Juneteenth debería recordarle a Estados Unidos lo que aún le adeuda a la comunidad afro, en lugar de festejar el hecho de que la esclavitud fue abolida hace 155 años. La mayoría de los estadounidenses consideran, según el sociólogo Lawrence D. Bobo, que, con la llegada de los derechos civiles en 1960, el país experimentó una reparación exitosa para la comunidad negra por lo que había ocurrido en la era de la esclavitud. Sin embargo, están errados.

“A pesar de los logros monumentales, la decisión Brown, la Ley de Derechos Civiles de 1964 y la Ley de Derechos de Votación de 1965 garantizaron principalmente los derechos de ciudadanía básicos de los afroamericanos. Los éxitos del movimiento por los derechos civiles … no erradicaron las marcadas diferencias entre blancos y negros en el estatus social y económico; y no deshacían los patrones nacionales de segregación residencial racial. Es decir, las ganancias enormes y de gran alcance del movimiento de derechos civiles no eliminaron los patrones severos de dominación racial y desigualdad que existían arriba, más allá e independientemente de los dictados específicos del sistema distintivamente sureño de Jim Crow”, señala Bobo en el texto Actitudes Raciales en 1990.