La crisis sanitaria provocada por el COVID-19 ha desafiado a los candidatos presidenciales de Bolivia a captar preferencias a través de modos menos habituales, mediante las redes sociales, y sosteniendo una imagen activa en lo público, en el marco de un proceso electoral suspendido y unos comicios sin fecha definida. 

Áñez, entre gestión y campaña

La presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, de la alianza Juntos, es la candidatura más aventajada y la que ha sabido aprovechar la gestión del Ejecutivo transitorio ante la pandemia y plasmarla como una campaña directa, según coincidieron en señalar la exministra Marianela Paco, del Gobierno de Evo Morales, y la politóloga Jimena Costa, apartada del partido de Áñez. 

Paco dijo a Efe que el partido que sostiene al Gobierno interino «ha generado politización, dirigida hacia el MAS», el Movimiento al Socialismo de Morales, «y un escenario de desventaja respecto a los otros siete partidos políticos» durante la cuarentena que rige por el coronavirus. 

Las acciones del Gobierno interino han tomado más importancia con las restricciones de circulación y con las instituciones gubernamentales orientadas a difundir su gestión y desplazar de la agenda temas considerados menos importantes, como los comicios. 

Por su parte, Costa declaró a Efe que el Ejecutivo transitorio sostiene una campaña «directa», cuando no solo informa de lo que está haciendo ante la pandemia, sino que lo aprovecha para resaltar «lo grandiosa que es la presidenta», haciendo uso de recursos públicos como se cuestionaba antes a Evo Morales. 

Un tímido partido de Evo Morales

El MAS de Morales, que según las encuestas iba primero con una preferencia de alrededor del 35 por ciento del voto, «ha priorizado la vida y ha hecho un repliegue de todos los actos de campaña», remarcó la exministra. 

En el MAS, que ha pedido elecciones lo antes posible, también está la consciencia de que finalizada la cuarentena será difícil sostener una campaña con concentraciones y aglomeración de masas, propio de su estilo, dadas las medidas preventivas de distanciamiento social que podrían aplicarse. 

En ese escenario, su candidato presidencial, el exministro de Economía Luis Arce, participa en entrevistas en medios populares y mantiene alguna exhibición en redes sociales que le valió críticas del Gobierno interino. 

Sin embargo, aquellos intentos de Arce de aparecer eventualmente en el debate público se deben a que «está incapacitado de dar opinión sobre gestión pública» por las contradicciones en las que puede entrar cuando al criticar las acciones del Gobierno interino se le recrimina las omisiones de la gestión de su partido cuando gobernaba, según Costa. 

Activos, poco vistos y desaparecidos

El expresidente Carlos Mesa, de la alianza Comunidad Ciudadana, ha optado por mantenerse visible ofreciendo entrevistas y emitiendo por Facebook una serie de documentales históricos de su etapa de periodista. 

El también exmandatario Jorge «Tuto» Quiroga, de Libre 21, se ha mostrado también activo, abriendo una tribuna en conversatorios que emite regularmente por redes sociales desde su casa. 

Para Costa, esas estrategias no influirán en «réditos» para sus campañas, mientras que Paco sostiene que esa actividad muestra la gran desventaja de estos candidatos ante la candidatura de la presidenta interina Áñez. 

Por otro lado han sido imperceptibles en medios, redes sociales y el debate público los candidatos del Frente para la Victoria (FPV), Partido de Acción Boliviana (PAN-Bol) y Acción Democrática Nacionalista (ADN).  «Son candidaturas ni siquiera secundarias, son residuales», aseguró Costa, por lo que debieran «repensarlas» y retirarse, al ser.

El organismo electoral de Bolivia suspendió las elecciones presidenciales que debían celebrarse este 3 de mayo, previa evaluación de la situación de la pandemia en el país, y plantea que se celebren a partir de junio, pero aún no hay nueva fecha.