En el partido Demócrata de Estados Unidos se están frotando las manos. El optimismo está disparado no porque las encuestas los muestren liderando la intención de voto sino porque en 82 distritos controlados por los Republicanos han recibido una cantidad sin precedentes de donaciones.

Según el portal POLITICO, los datos de la Comisión de Elecciones Federales, que se encarga de documenta los movimientos financieros de las campañas políticas estadounidenses, 162 precandidatos demócratas ya han logrado recaudar más de USD$100.000 para alcanzar sus aspiraciones en las elecciones parlamentarias del próximo año. Esto, en un claro intento de los donantes para detener a toda costa la hegemonía republicana en Congreso y como consecuencia de la desfavorabilidad del presidente Donald Trump.

Dos años después de las elecciones presidenciales, los estadounidenses vuelven a las urnas ara elegir los 435 miembros de la Cámara de Representantes y un tercio de las sillas del Senado. Las elecciones que se celebrarán el próximo año serán el primer encuentro de los Republicanos y Demócratas en las urnas desde el comienzo de la era Trump y se espera que sus resultados permitan ver cuál ha sido el efecto de la nueva administración sobre el partido Republicano.

En el partido del presidente las cosas no parecen ir tan bien. “Estoy muy inquieto sobre el futuro dijo el Representante republicano Glenn Grothman en una entrevista radial para la emisora local WISN. “El recaudo de fondos no está yendo tan bien como quisiera […]. El partido no está recibiendo tanto dinero como debería”, añadió.

Aunque la gran cantidad de dinero que está entrando en las arcas de los demócratas se asemeja mucho a la buena racha que atravesó el partido Republicano cuando en 2009 logró consolidar una mayoría con 24 sillas en el Congreso, la situación todavía no da para cantar victoria.

A los candidatos les está yendo bien, pero al partido no.

Aunque las donaciones a los candidatos individuales van bien, no pasa lo mismo con las que recibe el Comité Nacional del partido. A comienzos de octubre, en la cuenta de partido había apenas USD$7 millones. A eso se le suma el hecho de que, en los próximos meses, el partido tendrá que correr con los gastos de varias elecciones primarias para escoger a sus candidatos de las próximas contiendas legislativas.

Por otro lado, también está el poco alentador precedente de las elecciones extraordinarias en Georgia, el pasado 18 de abril.

En ellas, Jonathan Ossoff fue el gallo de pela de los demócratas; un candidato joven con años experiencia como asesor político y realizador de documentales. Ossoff también  contaba con un presupuesto cercano a los  USD$30 millones, cinco millones por encima del que utilizó Donald Trump para alcanzar la presidencia y seis veces más que el que recibió su contrincante, la republicana Karen Handel, que lo derrotó por un margen de 3,74% de los votos y demostró que, por más que tengan la ventaja económicamente hablando, al menos en Estados Unidos, la última palabra la tienen los ciudadanos en las urnas.