En noviembre de 2017 seis ejecutivos del refinador Citgo, filiar de la estatal petrolera de Venezuela PDVSA en Estados Unidos, fueron detenidos, acusados de corrupción por el gobierno de Nicolás Maduro.

Gustavo Cárdenas, Jorge Toledo, Tomeu Vadell, José Pereira y los hermanos Alirio y José Luis Zambrano fueron acusados por la fiscalía venezolana de renegociar el refinanciamiento por cerca de US$4.000 millones en bonos de Citgo a cambio de una participación del 50% de la compañía; una transacción que dicen es desfavorable para Venezuela, pero que nunca se concretó.

Estos ejecutivos son venezolanos, pero algunos tienen doble nacionalidad estadounidenses y están detenidos en la sede de la dirección de contrainteligencia militar en Caracas. Desde hace dos años el vicepresidente de EE. UU., Mike Pence, pidió la liberación de los llamados “seis de Citgo” citando razones médicas. Pero el gobierno venezolano se negó.

A mediados de junio, el canciller del gobierno en disputa, Jorge Arreaza, mostró fotos y videos en el que Pereira habla en nombre de todos los detenidos y dice que están en buenas condiciones y han recibido un “trato humanitario”.

Ahora aparece un mediador de buena voluntad; el exgobernador de Nuevo México, Bill Richardson, anunció que, a solicitud de varias familias de prisioneros estadounidenses viajará a Caracas en una misión humanitaria para discutir el estado de los detenidos; a los que se sumaron este año Luke Denman y Airan Berry, dos exmilitares arrestados en mayo por participar en una incursión fallida para sacar a Maduro del poder.

Un vocero del Departamento de Estado confirmó a la Voz de América que el viaje del diplomático es una “iniciativa privada”.

Presos extranjeros en Venezuela

La ministra de Penitenciarías de Venezuela, Irisa Varela, anunció en 2018, última vez que el gobierno hizo un reporte, que en el país hay 1.157 extranjeros procesados o sentenciados ante la justicia. En una entrevista con el canal VTV, dijo que son de todas las nacionalidades, aunque 957 eran de origen colombiano.

Entonces señaló: “Qué es lo que ha venido eternamente de Colombia, lamentablemente? Prostitución, narcotráfico, sicariato, modalidades delictivas que no se conocían aquí”. En ese informe también señaló que había 23 reos de República Dominicana, 22 de Perú, 19 de Ecuador, 13 de Nigeria, 12 de Brasil, 9n de España, 9 de México, 7 de china,7 de Cuba, 6 de Italia, 6 de EE. UU., 5 de Guyana, 4 de Honduras, 4 de Reino Unido, 3 de Libia, 2 de Argentina, 2 de Grecia, 2 de Haití y otros varios de otras naciones vinculados con las “guarimbas” (protestas). Dijo que todos estaban en fases preliminares de procesos judiciales. Pero a los Seis de Citgo no se les ha hecho ningún proceso, denuncian sus familias, dice que

Por eso Richardson quiere hablar con Maduro y conseguir un acuerdo como otros que ha logrado; la fundación Richardson ha adelantado conversaciones con países como Irán, Cuba y Corea del Norte y ha conseguido abrir canales para lograr la liberación de 40 estadounidenses, según dice en la página web.

¿Quién es Richardson?

Exembajador de EE. UU. ante Naciones Unidas durante la presidencia de Bill Clinton, Bill Richardson también fue gobernador de Nuevo México, habla un español fluido y se ha embarcado en varias misiones para ayudar a prisioneros estadounidenses detenidos en el exterior, generando malestar entre los miembros más duros del gobierno de Trump.

Nació el 15 de noviembre de 1947 en California; es de madre mexicana y ha sido el hispano que más puestos importantes ha ocupado en una administración estadounidense. Embajador ante la ONU (1997-1998), secretario de Energía hasta el 2001.

Richardson informó que se reunió el mes pasado con el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Mohamad Javad Zarif, para buscar la liberación de un estadounidense que posteriormente fue entregado a las autoridades del Departamento de Estado. Se trataría de Michael White, liberado el mes pasado después de haber pasado dos años en la cárcel.

Conoce a Maduro cuando éste fue Ministro de Relaciones Exteriores de Hugo Chávez y viajaba a Naciones Unidas y fue quien logró la liberación de Joshua Holt, en 2018.