En medio de la crisis financiera, los talibanes disolvieron la Comisión de Derechos Humanos de Afganistán, así como otros cuatro departamentos más que eran respaldados por Estados Unidos, argumentando que eran innecesarios, informó Reuters. “Debido a que estos departamentos no se consideraron necesarios y no estaban incluidos en el presupuesto, se han disuelto”, dijo Innamullah Samangani, portavoz adjunto del Gobierno talibán.

Se sabe que Afganistán tiene un déficit presupuestario de US $500 millones este año fiscal, siendo la primera cifra que se conoce desde que el grupo tomó el poder en agosto de 2021. Debido a esto, y en consonancia con lo sucedido con la Comisión de Derechos Humanos, los talibanes también optaron por cerrar el Alto Consejo para la Reconciliación Nacional (que tenía a su cargo el proceso de paz entre el gobierno de Ashraf Ghani, apoyado por Estados Unidos, y los talibanes), el Consejo de Seguridad Nacional y la comisión para supervisar la implementación de la constitución afgana, se lee en la agencia de noticias.

Samangani dijo que el presupuesto nacional estaba “basado en hechos objetivos” y destinado solo a departamentos que habían sido activos y productivos. Agregó que los cuerpos podrían ser reactivados en el futuro, “si es necesario”.

Las tensiones entre los talibanes y las organizaciones de derechos humanos

En septiembre del 2021, luego de que los talibanes llevaran un mes en el poder, la Comisión Independiente para los Derechos Humanos de Afganistán (CIDHA) anunció, oficialmente, la suspensión de sus actividades. “La CIDHA continúa funcionando, pero desde el 15 de agosto no ha podido cumplir con sus deberes con el pueblo afgano. Todos los edificios de la CIDHA han sido ocupados por las fuerzas talibán y han hecho nombramientos y han utilizado los medios de la CIDHA, como coches y ordenadores”, informó Europapress en ese entonces.

Según se lee en la agencia de noticias española, la CIDHA denunció “el desprecio continuo por los derechos humanos” por parte de los talibanes, enfatizando en “la escaza confianza” en que un gobierno talibán respete sus funciones e independencia. Desde el año pasado, la entidad dijo que Afganistán necesita un organismo independiente de derechos humanos al que se pueda acudir sin correr peligro, instando a la ONU y a su Consejo de Derechos Humanos a tomar cartas en el asunto.