El nuevo gobierno holandés, que tendrá como objetivo principal la lucha contra el calentamiento climático, prestó juramento este lunes, unos diez meses después de las elecciones, un récord para Holanda.

Este ejecutivo denominado como “Rutte IV” —por ser la cuarta vez que gana las elecciones— quiere construir dos centrales nucleares y prevé consagrar 35.000 millones de euros (unos 40.000 millones de dólares) en diez años para luchar contra el cambio climático, una amenaza de gran envergadura para Holanda, que tiene un tercio de su territorio bajo el nivel del mar.

Según Mark Rutte, primer ministro, conocido por desplazarse en bicicleta, la coalición pretende centrarse sobre esta cuestión “por la próxima generación” del país, que muy dependiente del gas.

Con este objetivo, Holanda tendrá por primera vez un ministro para Clima y Energía, Rob Jetten, de 34 años, y el nuevo gobierno apunta a que el país sea neutro en materia de emisiones para 2050.

El ejecutivo, que asumió tras una ceremonia oficial en el palacio real Noordeinde en La Haya, tiene un número récord de mujeres. De los 20 ministros, la mitad son mujeres y si se cuenta los ministros y subsecretarios las mujeres suman 14.

Una de las carteras más importantes, la de Finanzas, fue entregada a Sigrid Kaag, que es la primera mujer en asumir este cargo en el país. Debido a que está contagiada con covid, Kaag tuvo que jurar el cargo por videoconferencia.

Su predecesor, Wopke Hoekstra, pasará a ser el jefe de la diplomacia.

“Restaurar la confianza”

Frente al escepticismo reinante, Rutte, que es primer ministro desde 2010, prometió que este es un nuevo comienzo.

Con este nuevo mandato, este político se convierte en el segundo dirigente de la Unión Europea que más tiempo lleva en el poder, después el húngaro Viktor Orban.

Pese al récord de 271 días que se extendieron las negociaciones tras las elecciones celebradas a mediados de marzo, la coalición de gobierno seguirá compuesta por los mismos partidos del ejecutivo anterior: la formación de centro derecha a la que pertenece Rutte, el VVD; el D66 de centro izquierda al que pertenece Kaag; el CDA de centro derecha y Christen Unie, un partido conservador.

Rutte presentó su renuncia tras un escándalo relacionado con las subvenciones familiares, en el que miles de hogares fueron acusados erróneamente de recibir prestaciones que no les correspondían.

La resiliencia del primer ministro le ha valido el calificativo de un político de “teflón”, que se ha mantenido en el poder pese a los escándalos y las crisis políticas. En diciembre el líder señaló que con este nuevo gobierno busca “restaurar la confianza”.

El nuevo ejecutivo tiene el desafío de aplacar la crisis de la vivienda en este país, que es uno de los más densamente poblados del mundo.

En la cartera de Finanzas, Kaag, 60 años, puede usar su experiencia como diplomática para apaciguar las tensiones con Bruselas, ya que Holanda, junto a Austria, Dinamarca y Suecia, forma parte del eje de los países conocidos como “frugales”, que defienden el rigor presupuestario y que están enfrentados con frecuencia con los miembros del sur de Europa por este tema.

En el transcurso de este año, Rutte se encamina a convertirse en el primer ministro que más tiempo se ha mantenido en el poder en Holanda, pese a que la gestión de la pandemia sigue siendo un tema sensible políticamente.

El político populista de extrema derecha, Thierry Baudet, conocido por ser un escéptico del coronavirus, se ha alzado como un portavoz de un movimiento que el año pasado generó disturbios en las calles.