Miles de personas marcharon el martes en Lima contra la candidata de derecha Keiko Fujimori, favorita para ganar el domingo la presidencia de Perú en el balotaje contra el centroderechista Pedro Pablo Kuczynski, evidenciando la división del país.

Al grito de «Keiko no va», «No al narcoestado», portando coloridas banderolas y pancartas repudiando a la hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori, los manifestantes recorrieron unos cuatro kilómetros alrededor del centro histórico de la ciudad.

A la cabeza de la multitudinaria manifestación marchó la excandidata presidencial del izquierdista Frente Amplio, Verónika Mendoza, quien quedó tercera en la primera vuelta y que anunció el lunes su apoyo al liberal Kuczynski con el fin de impedir un triunfo de Keiko.

Entre los participantes había estudiantes, empleados y trabajadores, incluso familias enteras con niños, que se movilizaron al llamado del colectivo «Keiko no va», que ya realizó una marcha similar en Lima previa a la elección del 10 de abril, que ganó Fujimori, y que congregó unas 50.000 personas.

Ni autoridades ni organizadores divulgaron estimaciones sobre la cantidad de gente congregada en la movilización de este martes.

En medio de la marcha destacó un enorme muñeco de papel, que simulaba al Ekeko, dios andino de la abundancia y cuya representación tiene colgados billetes y alimentos. En este caso, se trataba de una alusión a Keiko Fujimori, con billetes que simulaban dólares con el rostro de la candidata. «Ekeiko del mal», rezaba un cartel colgado en su pecho en un juego de palabras con los nombres.

“Estoy acá para demostrar mi indignación contra una candidatura que representa un pasado de crímenes y corrupción”, aseguró a la AFP Brenda Gonzáles, una docente de 26 años para quien una victoria de Keiko sería reivindicar al gobierno de su progenitor, Alberto Fujimori (1990-2000).

Giancarlo Espinoza, un antropólogo de 29 años, dijo de su lado que un gobierno de otro Fujimori «no se puede repetir».

“No podemos permitir que la hija de quien representa la herencia de corrupción de Fujimori y (su asesor Vladimiro) Montesinos repita la experiencia que nos privó de democracia”.

Última opción

A cinco días del histórico balotaje que puede llevar al poder a una mujer por primera vez en Perú, la protesta representa para algunos analistas la última ocasión para frenar a la hija de Alberto Fujimori, condenado desde 2009 por crímenes de corrupción y lesa humanidad pro excesos en la lucha contra las guerrillas y el terrorismo.

Los opositores a la hija de quien gobernó con mano firme los destinos de Perú consideran que su triunfo significaría el regreso al poder de aquel régimen autócrata en el que Keiko se desempeñó como primera dama.

A ello se suma la percepción de que el narcotráfico gana terreno en la política, a raíz de una denuncia por presuntos vínculos de un importante dirigente y financista del partido fujimorista Fuerza Popular con el lavado de dinero y el tráfico de drogas.

«Esta movilización es sumamente importante para defender la endeble y precaria democracia que tenemos ante la posibilidad de que llegue al poder un grupo político que está muy vinculado al narcotráfico», dijo a la AFP el portavoz del movimiento «Keiko no va», Jorge Rodríguez.

Apoyo a Kuczynski

Aunque inicialmente anunció su presencia, Kuczynski finalmente resolvió no participar para no politizar la reunión. «Soy candidato presidencial y sería antidemocrático decirle a Keiko que no participe» en la elección, dijo el economista. «Yo espero ganarle el domingo», añadió.

Kuczynski, un exbanquero y exministro, recibe tanto el apoyo de este movimiento social como de los excandidatos César Acuña y Julio Guzmán, quienes debieron abandonar la carrera electoral cuando figuraban entre los favoritos antes de la primera vuelta.

La última vez que tiendas políticas de tendencias divergentes se aliaron en una marcha fue para protestar contra la segunda reelección de Alberto Fujimori, en 2000, en medio de denuncias de compra de votos de congresistas y de las líneas editoriales de medios de comunicación.

En el extranjero también se realizaron manifestaciones. En Argentina, una veintena de peruanos se reunión en la Plaza de Mayo de Buenos Aires, mientras que en Austria, Italia, Suiza y Noruega, peruanos publicaron su respaldo a la marcha en redes sociales.

PPK necesita urgentemente de apoyos más allá de sus simpatizantes ideológicos porque todas las encuestas lo colocan hasta ahora unos cinco puntos detrás de Fujimori, en medio de un alto porcentaje de indecisos (21%).