El Consejo de Refugiados de Australia reveló a través de un documento la situación de 900 indocumentados retenidos en esta nación del Pacífico, entre ellos 109 menores, lo que «supera los peores temores» expresados por defensores de los derechos de los solicitantes de asilo. Niños de hasta siete años recluidos en los centros para inmigrantes han intentado suicidarse repetidamente. En algunos casos han optado por empaparse de combustible.

El informe, cuya publicación coincide con la celebración esta semana del Foro de las Islas del Pacífico en Nauru, indica que han aumentado los niveles de trauma, abuso y desesperación entre los refugiados, a los que califica como personas «rotas». La política australiana de detención obligatoria en las islas del Pacífico, retomada en 2012, «ha traumatizado a los niños de tal manera que rechazan comer e intentan matarse», asegura el documento.

También denuncia los «esfuerzos sin precedentes» de los gobiernos de Australia para mantener la situación en secreto y bloquear el traslado a su territorio de personas que necesitan urgente atención médica, y que cuando lo hace, separa a las familias. Este sería el caso de unas 35 personas cuyas familias están repartidas entre Nauru, la isla Manus (Papúa Nueva Guinea) y Australia.

«Hay padres que nunca han tenido en brazos a sus bebés, madres que han tenido que dejar a sus hijos en Nauru», indica el documento que alerta que la crisis de los refugiados parece no tener fin, pese al acuerdo suscrito con Estados Unidos en 2016 para la acogida de 1.250 refugiados.

Desde entonces, solo 371 personas han viajado a Estados Unidos, casi dos años después de la firma del acuerdo, y unos 121 han sido rechazados, mientras que otros que están a la espera de ser acogidos provienen de países que tienen un «escrutinio extremo» por ser zonas de conflicto.

El informe se publica pocos días después de que 84 organizaciones emitieran una carta pidiendo que se incluya la política de detención obligatoria de Australia en la agenda del Foro de las Islas del Pacífico, cita a la que no acudirá el primer ministro australiano, Scott Morrison.

«Es importante que los países de las islas del Pacífico responsabilicen a Australia, y a otros que sean responsables de sus obligaciones ante los derechos humanos de todos los refugiados y solicitantes de asilo», dijo la misiva.

Muchos de los refugiados y solicitantes de asilo en Manus han huido de conflictos como los de Afganistán, Darfur, Pakistán, Somalia y Siria; otros han escapado de la discriminación, como las minorías rohinyá, en Birmania (Myanmar), o bidún, en la región del Golfo.