Polonia afirmó este lunes que le pedirá permiso a Alemania para entregarle a Ucrania carros de combate de fabricación germana Leopard, pero indicó que está dispuesta a suministrárselos “incluso” sin el acuerdo de Berlín, para ayudar a Kiev a hacer frente a la invasión rusa.

En este contexto, la Unión Europea (UE) anunció un paquete de ayuda adicional de 500 millones de euros (unos 540 millones de dólares) para financiar la entrega de armas a Kiev.

Pero aunque numerosos países están prometiendo armas al país, las autoridades ucranianas reclaman más equipamiento pesado, especialmente los avanzados tanques Leopard, de fabricación alemana.

Tras varios días de creciente presión sobre Berlín, la ministra alemana de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, indicó el domingo que Alemania no se opondría si Varsovia le solicitaba su autorización para entregarle los blindados a Ucrania. “Pediremos ese acuerdo”, declaró este lunes el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki.

“Incluso si no obtenemos su acuerdo, daremos nuestros tanques a Ucrania, junto con otros países, en el marco de una pequeña coalición, incluso si Alemania no forma parte”, añadió. Ucrania ha criticado la “indecisión global” de sus aliados a la hora de proporcionarle tanques, una postura que, según Kiev, está “matando a más gente”.

Este mes, Polonia había anunciado que estaba dispuesta a enviar 14 tanques Leopard a Ucrania, pero que estaba esperando el visto bueno de Berlín al respecto. El gobierno alemán, en tanto, insistía en la necesidad de que todos los aliados trabajen conjuntamente.

El portavoz del jefe de gobierno alemán Olaf Scholz reiteró esta idea el lunes, al afirmar que el Ejecutivo “no descarta” la entrega de blindados, pero añadió: “eso todavía no se ha decidido”. Marcada por la Segunda Guerra Mundial, Alemania intenta mantener un perfil bajo, actuando de forma silenciosa y discreta en la escena internacional, cuando se trata de conflictos.

Según la legislación alemana de control de armas, Polonia (y cualquier otro país que le compre armamento) necesita la aprobación de Berlín para entregarle los tanques Leopard a Ucrania, porque estos fueron fabricados en Alemania.

Esa ley busca evitar que armas fabricadas en Alemania acaben siendo utilizadas en zonas de conflicto en contra de los intereses de Alemania.

Soledar, “destrozada”

En el terreno, un dirigente de la ocupación rusa del este de Ucrania, Denis Pushilin, afirmó que había visitado Soledar, una ciudad de la región de Donetsk, en el este ucraniano, que Moscú aseguró haber conquistado este mes.

Pushilin, máximo responsable ruso para Donetsk, indicó el domingo por la noche que había visitado la localidad, arrasada por los combates, junto a Zurab Makiev, un diputado ruso.

El dirigente publicó un video en redes sociales en el que se ve a ambos hombres, armados y con uniforme militar, llegando en coche a Soledar. AFP no pudo verificar el lugar en el que fueron tomadas esas imágenes.

Según afirmaron, son los primeros responsables rusos que visitan ese municipio, cuya toma fue anunciada por Moscú el 13 de enero como una importante victoria. El lunes, Pushilin declaró a la televisión estatal rusa que Soledar había sido “destrozada” y que “casi no quedan edificios enteros en pie”.

Según el Ministerio de Defensa ruso, la conquista de esa ciudad es un paso importante de cara a expulsar a las tropas ucranianas de Bajmut, una localidad minera, más grande, cerca de Soledar. Pushilin apuntó que los combates en Bajmut se estaban “intensificando” y afirmó que las tropas rusas estaban avanzando, y que miembros del grupo de mercenarios ruso Wagner controlaban posiciones estratégicas cerca de Bajumt.

Ucrania no ha reconocido oficialmente la pérdida de Soledar.

Ojo por ojo

En el plano diplomático, en otra muestra de las crecientes tensiones entre Rusia y sus vecinos europeos, Estonia anunció este lunes que expulsará al embajador ruso en Tallin, en una medida similar a la adoptada horas antes por Moscú, que decidió expulsar al embajador estonio.

Las medidas llegan después de que Estonia expulsara a una veintena de diplomáticos rusos desplegados en la embajada de Rusia en Tallin. Letonia también anunció este lunes que había pedido al embajador ruso abandonar su territorio, en solidaridad con la vecina Estonia.

Por otra parte, Sudáfrica, criticada por su posición neutral por no querer condenar a Rusia desde el inicio de la guerra, reiteró sus vínculos con Moscú y se refirió al país como “amigo” y “socio valioso”.