El presidente electo de EE.UU., Donald Trump, no ha llegado a la Casa Blanca y ya armó polémica. El viernes pasado, el republicano tuvo una conversación telefónica con la mandataria de Taiwán, Tsai Ing-wen, un hecho que generó una gran polémica y generó un primer conflicto diplomático cn China. 
Tsai telefoneó a Trump para felicitarlo por su éxito en las elecciones y ambos mantuvieron una conversación de unos diez minutos que provocó una protesta formal del Gobierno chino y generó altas expectativas en Taiwán. La llamada fue el primer contacto formal de alto nivel entre Estados Unidos y Taiwán que se producía en casi cuarenta años y no ha dejado indiferente a Pekín, que considera a la isla un «territorio rebelde» con aspiraciones independentistas encabezadas por su presidenta, Tsai Ing-wen, que estrenó su cargo en mayo.
El acercamiento de Trump a Taiwán añade más tensión a la relación entre Pekín y Taipei -que cortaron todos los contactos oficiales con la llegada de Tsai al poder-, y ha suscitado dudas sobre la política exterior que emprenderá el magnate cuando se instale en la Casa Blanca. Washington rompió formalmente relaciones diplomáticas con la isla en 1979 y reconoce a Pekín como el único gobierno de «una sola China», aunque mantiene vínculos amistosos, no oficiales, con Taipei.
China considera a la autónoma Taiwán como parte de su propio territorio y espera que en algún momento se reunifiquen, y cualquier movimiento de Estados Unidos que insinúe su independencia, incluso una llamada de la presidenta Tsai, la cual fue anunciada por Trump en Twitter, supone una gran ofensa a China.
Los medios estatales chinos dijeron que la «inexperiencia» de Trump lo llevó a aceptar la llamada telefónica, pero alertaron que cualquier alteración de la política de «Una sola China» podría «destruir» la relación con Estados Unidos.
El diario China Daily, que se publica en inglés, critica en un editorial el contacto entre Trump y Tsai, y aconseja al empresario a «ser prudente» cuando llegue a la Casa Blanca. «En el caso de Trump, (la llamada) no ha hecho más que exponer su inexperiencia y la de su equipo de transición en la gestión de asuntos exteriores», afirma el China Daily.
«No fue nada más que aceptar una llamada de cortesía de una líder electa democráticamente», dijo el vicepresidente Mike Pence a la cadena ABC News, sobre la conversación que creó un serio riesgo de una fisura con China.
Trump dejará claros sus planes
Kellyanne Conway, asesora de Trump, dijo en declaraciones a «Fox News Sunday» que su jefe es «muy consciente» de la política de Washington de «una sola China».
«Esto fue (…) sólo una llamada telefónica. Una señal de que acepta una llamada de felicitación», dijo Conway.
«Sé que China tiene una perspectiva diferente sobre esto. La Casa Blanca y el Departamento de Estado probablemente tienen su propio punto de vista. El del presidente electo es aceptar una llamada de felicitaciones», indicó.
«Cuando asuma como comandante en jefe, dejará totalmente claro cuál es su plan. Pero la gente no debería hacer una lectura que vaya más allá de esto», dijo la asesora.
Desde la sorprendente victoria de Trump el 8 de noviembre pasado, el candidato electo ha aceptado felicitaciones de numerosos líderes, incluidos los primeros ministros o presidentes de Israel, Japón y China, dijo Conway.
Trump «no está haciendo política o anunciando el fin de una política en el mundo. Sólo está atendiendo llamados telefónicos», añadió.
«Conocemos (la política de) ‘una sola China’. Él la conoce. Está informado de manera permanente sobre estos asuntos».
Durante su campaña, Trump criticó de manera severa la política comercial de China, a la que acusó de manipular su moneda para estimular sus exportaciones, incurriendo en una competencia desleal con las empresas estadounidenses.
«Esto ha sido una llamada de atención para China», considera en declaraciones a Efe el profesor de Estudios Internacionales de la Universidad de Pekín Wang Dong.
Hasta ahora, desde muchos sectores en el país asiático se veía a Trump como un hombre de negocios que sería «práctico» a la hora de tratar con China, dice Wang.
«Pero China debe dejar esa visión atrás y prepararse para el posible daño que Trump pueda hacer. Tiene que ser realista», alerta.
La llamada y los posteriores mensajes de Trump en Twitter, donde aludió a la venta de armas de Estados Unidos a Taiwán, han generado preocupación en China, y el experto cree que todo apunta a que el nuevo presidente anunciará más ventas cuando esté en el cargo, lo que derivará en un nuevo enfrentamiento.