Cuando las niñas se acercan a los centros de atención médica en Uganda para pedir información sobre métodos de prevención de enfermedades de transmisión sexual, las enfermeras les preguntan: “¿Por qué estás teniendo sexo? Deberías estar casada”. Eso le contó a The Guardian Asia Russel, directora ejecutiva de una organización dedicada a la prevención del VIH, con sede en Uganda.

Una encuesta nacional reveló que ese tipo de comportamiento, por parte de los adultos responsables de informar y ayudar en la prevención, es una de las dos razones fundamentales para que las cifras sean así de alarmantes.

Más de 1.3 millones de adultos en Uganda vive con VIH. Ahora bien, mientras que la proporción de hombres que tienen que lidiar con esta enfermedad disminuyó en más de cuatro puntos desde 2011, el de las mujeres no alcanzó a completar ni uno. La disminución para ellas fue solo del 0.8% El estudio tomó en cuenta el periodo que va de agosto de 2016 a marzo de 2017.

De acuerdo con la investigación, la segunda razón para que el VIH afecte especialmente a las mujeres de Uganda es que los hombres, que son quienes más parejas sexuales han tenido, tienden a propagar la enfermedad entre más personas. Eso, sumado a que ellos no suelen cargar con el prejuicio y la discriminación de los puestos de salud, trae estos resultados.

Aunque el ministro de salud del país, Jane Ruth Aceng, celebró la disminución en las cifras, varios le recordaron que el problema está lejos de ser resuelto. De hecho, el gobierno también se lleva su parte en esta problemática. Por ejemplo, hizo una inversión enorme en la distribución de condones femeninos, método de prevención bastante impopular, y los condones masculinos, en cambio, escasean en las tiendas.

«El peso de la infección por VIH en el país sigue siendo inaceptablemente alto. Las mujeres siguen siendo afectadas de manera desproporcionada por la epidemia en comparación con sus homólogos masculinos. Los jóvenes ugandeses, especialmente las niñas, sufren la carga de nuevas infecciones”, le recordó al ministro de salud Deborah Malac, embajadora de Estados Unidos en Uganda.

Además, los porcentajes en los que la infección disminuyó no pueden confirmarse hasta noviembre, cuando terminarán de sistematizarse y publicarse todos los datos de la encuesta.

Para Russell, hace mucha falta intervenir en educación sexual y pelear con los prejuicios. Mientras tanto, el gobierno sigue diciendo que la disminución en la propagación de la enfermedad es uno de sus pilares para este año.