El presidente de Rusia, Vladímir Putin, llamó este viernes a Estados Unidos a intercambiar garantías de “no injerencia” en asuntos electorales de ambos países, incluido el empleo de tecnologías de la información, informó el Kremlin. Putin explica que uno de los principales desafíos estratégicos que afronta el mundo es el riesgo de la aparición de una “confrontación a gran escala” en el ámbito digital.

Para evitarlo, el mandatario ruso propone a Estados Unidos, como uno de los principales actores mundiales junto a Rusia, a aprobar un programa de medidas “para el reinicio de las relaciones en el ámbito del uso de las tecnologías de la comunicación y la información”.

En este sentido, el mandatario ruso urge a Washington a “intercambiar garantías de no interferencia en las elecciones con el uso de las mencionadas tácticas y otros métodos con el empleo de altas tecnologías”. Además, Putin aboga por el restablecimiento de un pleno diálogo de alto nivel entre las partes sobre asuntos de seguridad informática.

También invita a contribuir a una labor “ininterrumpida” entre los órganos competentes de ambos países para “disminuir las amenazas nucleares” y los “incidentes informáticos” que puedan afectar la seguridad nacional de las partes.

El mandatario ruso sugiere además a EE. UU. firmar un acuerdo intergubernamental para prevenir los incidentes en el ámbito digital a la semejanza de un convenio que firmaron en 1972 Estados Unidos y la Unión Soviética para evitar incidentes en alta mar y el espacio aéreo.

El hecho no es de poca monta, teniendo en cuenta que durante las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos se acusó a Donald Trump de haber colaborado con Rusia para llegar al poder, un caso que pasó a llamarse “la trama rusa”.

La investigación señaló a quien fuera uno de los hombres fuertes de Trump, Paul Manafort. El exdirector de campaña se entregó en el 2017 al FBI junto a un socio suyo, Rick Gates, para responder por una docena de delitos que incluyen la conspiración contra Estados Unidos y el lavado de dinero. Los cargos no se refieren a la campaña electoral. El caso se concentra en los movimientos financieros de Manafort y Gates durante una década, incluyendo el período de la campaña electoral, cuando ambos actuaron como “agentes no registrados de Ucrania” en Estados Unidos, según el documento de inculpación de 31 páginas firmado por Mueller.

Desde que llegó a la Casa Blanca, Donald Trump vive de escándalo en escándalo. Durante esos meses salían constantemente revelaciones sobre una presunta relación de él y su entorno con Rusia. Ya varias personas del entorno del mandatario cayeron por este tema. James Comey, director del FBI, dijo que Trump lo despidió por su investigación del caso y detalló cómo lo presionó para cerrarla. Por eso el FBI, dos comités del Congreso y el fiscal especial, Robert Mueller, investigaron, pero no afirmaron que no había ninguna prueba contra el mandatario.